Matthew McConaughey ha desarrollado un estilo cómico basado en su supuesta irresistibilidad, y es admirable que le sigan dando trabajo pese a que cada vez es más obvio que su único método interpretativo es poner cara de sinvergüenza. Esta actualización de Un cuento de Navidad , aderezada de tics del chick flick (cine para chicas), incluso trata de convertirlo en una versión contemporánea de Scrooge , y no hay más que fijarse en la cara de vergüenza que pone Jennifer Garner en las escenas que comparten para comprobar hasta qué punto es fallido el intento. Que la película ofrezca un mensaje conservador --según ella, la soltería es un cáncer-- tendría disculpa si al menos lo hiciera con cierta gracia. N. S.