El bajista catalán (Barcelona, 1954) presenta con el batería Tino di Geraldo y el flautista y saxofonista Jorge Pardo el disco ´Sin precedentes´ en Cáceres

A Carles Benavent (Barcelona, 1954) el encuentro con el guitarrista Paco de Lucía le cambió la vida. Se convirtió en el "de la guitarra china", como le decían los flamencos que echaban pestes de la presencia de un bajista entre guitarras españolas.

Con De Lucía permaneció más de dos décadas, en medio de las cuales, conoció y trabajó con Camarón de la Isla. Pero su guitarra (de blues, de rock, de jazz) se movía simultáneamente en otros frentes, grabando sus propios discos o acompañando a otros músicos como Chick Corea.

Poco después, en 1999, grabó El concierto de Sevilla con el percusionista Tino di Geraldo y el flautista y saxofonista Jorge Pardo. Amigos durante largo tiempo, volvieron a unirse casi una década después en Sin precedentes , uno de esos cruces del jazz y el flamenco que Benavent ha cultivado con tanta fortuna. Con este trabajo (Premio de la Música al mejor disco de jazz del 2010) se presentan hoy en el Gran Teatro de Cáceres (20.30).

Benavent fue un músico precoz. Fundó su primer grupo a los 13 años, Crack, del que surgiría Máquina!. A su padre no le hizo mucha gracia que el hijo se dedicara a la música. "Hicimos un pacto por el cual yo aprendería un oficio mientras seguía tocando. Y estuve de aprendiz de joyero unos tres años. Luego dejé el taller", recuerda el guitarrista.

Sin horizonte cierto, Benavent cuenta que fue "probando todos los géneros: blues, soul, la música de Jimmy Hendrix, la brasileña...". Y en ese periodo de crecimiento conoció a Paco de Lucía, que había emprendido ya la renovación del flamenco. "El bajista que lo acompañaba se tuvo que ir a la mili y dos compañeros míos me recomendaron. Así entré. Con él estuve 21 años".

Para Benavent fue "como empezar la casa por el tejado. Observé, aprendí, eché horas y encontré el camino", afirma. Con De Lucía colaboró en cuatro discos entre 1989 y 1993, entre ellos Solo quiero caminar y Zyryab . Hasta ese momento no había escuchado nada de flamenco. "Pero no me consideré un intruso. Algunos sí que me veían así. Cuando grabé con Camarón ya se me aceptó. Aún así podía más la emoción de tocar con ellos que las críticas que pudieran hacerme".

Con el cantaor de San Fernando tocó en la década de los 80 en Calle Real , Soy gitano , Viviré y, ya en los 90, en su último disco, Potro de rabia y miel . "Era como el Miles Davis del flamenco", resume Benavent.

De manera que el bajista catalán protagonizó aquel movimiento de nuevo flamenco, que convulsionó las aguas tradicionales de esta música. "Fue una energía de esas que suceden en determinadas épocas. Como la movida madrileña o el movimiento musical que hubo en Cataluña".

De aquella corriente quedaron sus músicos, que hoy, como el propio Benavent, se expresan con una energía similar. Y no dejan de trabajar. El tiene 56 años. "Soy el veterano del trío", dice refiriéndose a Di Geraldo y Pardo, otros dos músicos fundamentales en esta corriente de fusión del jazz y el flamenco. Pero Benavent se resiste a las etiquetas. "Tocamos lo que nos sale del alma. No hay una fórmula. Es algo natural".