Saneados y robustos. Así son los ingresos del príncipe Carlos de Inglaterra, que hacen palidecer de envidia a algunos de los mayores empresarios del Reino Unido. El heredero al trono consiguió en el ejercicio 2005-2006 unas ganancias de 20 millones de euros obtenidos con el Ducado de Cornualles. Un incremento del 6% con respecto al año anterior. La sustancial subida se debió al alza de los alquileres de las propiedades comerciales del príncipe y a las hábiles inversiones de sus asesores financieros.

En los datos, divulgados ayer por Clarence House, se revela por primera vez el monto de los impuestos, 4,8 millones de euros, abonados por Carlos a la hacienda británica. "Paga el impuesto sobre la renta y sobre todos los otros ingresos y ganancias de capital, como cualquier individuo privado", explicó su secretario privado, Sir Michael Peat, quien subrayó el esfuerzo que está haciendo la monarquía por "ser más abiertos y transparentes" en el siempre confuso capítulo de los ingresos reales.

PRIMER AÑO DE CASADO Las cuentas que ahora salen a la luz corresponden al primer año completo de la contabilidad del heredero desde que se casó con Camila Parker-Bowles. El coste de aquella boda, celebrada en el ayuntamiento de Windsor, sigue siendo un secreto de palacio. En cambio se sabe que los gastos oficiales de la duquesa de Cornualles, su marido y los dos hijos de éste, los príncipes Guillermo y Enrique, ascendieron a 9,6 millones de euros. La mayor parte de ese dinero se destinó a pagar la nómina de los 142 empleados de Carlos y los suyos.

La factura en plantas y flores, de 60.000 euros, fue una de las que más subió, aunque nada comparado con los gastos de escritorio. En sobres, cartas y tinta se fueron 196.200 euros, un 55% más que el año anterior, un enorme incremento que muchos achacan a la inclusión del nombre de Camila en el membrete de la correspondencia real.

No obstante, el listado de Clarence House no especifica en qué empleó el príncipe Carlos los 3,2 millones de euros que destinó a sus "gastos personales".