El Festival Flamenco de Cáceres se ha abierto este año, en su 32 edición, al sonido de otras músicas. No ha ido muy lejos a buscarlo. Portugal, el fado y la guitarra de Carlos Gon§alves, acompañado por la viola de Lelo Nogueira, son los invitados de esta primera incursión del flamenco al exterior. Gon§alves es un músico ortodoxo y apasionado, conocido como el mejor intérprete vivo de la guitarra portuguesa. Tocó y compuso 31 años con Amália Rodrigues hasta que ella falleció en 1999. Ayer recibió a EL PERIODICO poco antes de su actuación en el Gran Teatro.

--¿Qué une al fado y al flamenco?

--Musicalmente nada, sin embargo ambas son músicas del alma. El fado, el flamenco y la música árabe, son las tres únicas del mundo que salen directamente del corazón, que se sienten. Es muy fácil cantar fado o flamenco, porque conocer la técnica es fácil, pero cantarlo bien, con sentimiento, no. Por eso el fado de ahora ha caído en desgracia, porque no se canta con alma. Hay millares de fadistas, pero no tienen corazón.

--Entonces no estará de acuerdo con el movimiento de renovación del fado que encarnan figuras como Dulce Ponte, Madredeus o Marisa.

--Todo eso es una mentira. Todas cantan muy mal fado y lo que hacen únicamente es puro teatro. Cantan fado, sí, pero hacerlo bien es otra cosa. No existe tal renovación y a mí personalmente me irrita. Me llaman anticuado y me critican, pero lo que hacen Dulce Pontes, Marisa... no es fado auténtico.

--¿Ha tocado flamenco?

--No, no he sido capaz porque no entiendo los ritmos y es extremadamente difícil, pero me gusta mucho Manolo Caracol y Porrina de Badajoz.

--Algunos músicos, como la familia Vargas de Mérida, han experimentado con la fusión del fado y el flamenco. ¿Qué opina?

--Eso de la fusión no es nada, es sólo teatro y espectáculo. Ni es fado, ni es flamenco, y debería estar prohibido. Para mí es un híbrido que no merece la pena porque se pierde la esencia.

--Su trayectoria musical está ligada a Amália Rodrigues. ¿Cómo fue la relación?

--Artísticamente muy buena, casi excepcional. Su forma de cantar y mi forma de tocar coincidían plenamente, se compenetraban, y eso es lo más difícil, lo fácil es tocar en solitario.

--¿Qué pasó cuando murió?

--El fado bueno, de verdad, acabó con ella, terminó la edad de oro de esta música. Ahora, el estado de salud del fado es muy malo. Está totalmente en crisis, vive del turismo y es un tipo de música que casi se ha relegado a los museos.

--Sólo ha editado un disco en solitario, ¿no le gusta grabar?

--Soy muy exigente conmigo mismo y si no me gusta, no toco, por eso me cuesta grabar.