Carlos de Inglaterra echa pestes de la clase dirigente, que se mueve al ritmo que marcan "los sondeos de opinión". El heredero se queja de que los políticos "siempre tienen prisa" y basan sus decisiones en "documentos preparados por asesores o funcionarios sin experiencia". Tony Blair, uno de los aludidos, zanjó ayer el tema señalando que el heredero al trono "tiene derecho a expresar sus puntos de vista".

Las reflexiones figuran en los diarios que Carlos ha escrito y hecho circular entre sus amigos. La publicación de extractos en un diario son motivo de una disputa judicial.