La versión de Prometeo que pudo verse anoche en Mérida, y que repetirá función hoy y mañana, ofrece un texto en su mayoría fiel a las fórmulas del teatro clásico, con diálogos bien estructurados, y tomándose su tiempo para que el espectador comprenda la historia que pone en escena un plantel liderado por Carme Elías en el papel del héroe mitológico. Pero la palabra contrasta con una escenografía y un vestuario contemporáneos, todo ello acompañado por una banda de música que aporta calidez al conjunto y se asocia con la voz y los movimientos de los actores sobre el teatro romano.

El escenario, construido en hierro, representa la cárcel a la que el titán fue condenado por Zeus por salirse del guión marcado por su tiránico mandato y donar a los humanos el fuego robado, símbolo del conocimiento y de las artes.

La propuesta de ofrece Carme Portacelli basándose en los textos del Heiner Muller presenta a un héroe que sufre con el desgarro de su piel cuando es clavado a la roca, con el fuego que le abrasa al fundir las cadenas que le mantienen prisionero, pero al mismo tiempo orgulloso de sus actos, firme en sus convicciones en su apuesta por liberar de la ignorancia a una raza inferior como es la humana. La pregunta que deja en el aire la función es si ha merecido la pena tanto sufrimiento, teniendo en cuenta los logros conseguidos por los hombres (y las mujeres).

La representación ofrece el continuo paso de personajes ante la prisión de Prometeo, personaje bien defendido por Elías. Pero ninguna de sus visitas consigue hacerle cambiar de opinión, ni dotar al texto del ritmo ni la intensidad suficientes como para enganchar al público durante toda la función, salvo algunas excepciones, en especial el inesperado y cómico giro que adopta el texto al final de la representación.

Buena entrada, alrededor de 1.500 espectadores, presenciaron la primera de las tres funciones incluidas en el programa del Festival de Teatro Clásico de Mérida. Con los pases de hoy y de mañana se cerrarán el recorrido por Mérida de esta producción estrenada en el pasado Grec de Barcelona, antes de partir hacia Madrid para continuar con su gira.

La elección de una mujer para interpretar a un personaje masculino, o al revés, se ha tornado en la nota predominante de las primeras representaciones del festival emeritense este. Así, La Ilíada solo tenía actrices en su reparto y la próxima próxima semana será Paco León el encargado de meterse en la piel de Lisístrata. En el caso de Prometeo, reivindica el papel fundamental que las mujeres han tenido en cada uno de los pasos de la humanidad.