LUGAR DE NACIMIENTO LA CORUÑA, 1952

TRAYECTORIA PROFESOR Y PERIODISTA, DIRIGIO EL SUPLEMENTO CULTURAS DE DIARIO 16 Y EL CIRCULO DE BELLAS ARTES

OBRAS ´LAS RUINAS DEL MUNDO´, ´VISTO SIN SER VISTO´, ´REGRESAR A DONDE NO ESTUVIMOS´

"Prácticamente duermo entre libros", afirma César Antonio Molina, director del Instituto Cervantes. A pesar de sus constantes viajes, de su actividad al frente de esta institución cultural, no deja de leer varias horas al día. Lo ha recordado reiteradas veces: es, como decía de sí el médico Gregorio Marañón, un trapero del tiempo.

"Siempre hay tiempo", asegura el autor de Nostalgia de la nada perdida , que ayer intervino como ponente en el congreso de la lectura de Cáceres. "Tampoco dejo de escribir. Es una disciplina, esta de la lectura y la escritura, de años. Para mí, es además una manera de ser y de estar en el mundo. Los libros te dan el conocimiento de las cosas".

Y como no deja de escribir, enseguida cuenta el escritor su próximo libro. "Estoy escribiendo una obra que habla de lugares concretos asociados a determinados escritores, de manera que he hecho un recorrido por ambos y he viajado a Praga, la ciudad de Kafka, acabo de llegar de Colombia, donde me he hecho con primeras ediciones de libros de García Márquez como La mala hora y de Carlos Fuentes; y después viajaré a Trieste, la ciudad de Saba".

César Antonio Molina es otro de los lectores privilegiados que hallaron en su hogar familiar las estanterías repletas. "Me gustó siempre leer y, es cierto, en mi casa y en la de mi abuelo había muchísimos libros"

Molina, que omite todo comentario sobre lo que no sea la lectura cuando se le pregunta por la futura delegación en Cáceres del Instituto Cervantes, se refiere a la posible enemistad de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías hacia la lectura y se muestra pesimista sobre el uso que la televisión cultural da a la cultura. "No ayuda a leer. Crea una falsa compañía e impide reflexionar". ¿Qué hacer? "Apagarla y ponerse a leer".

El director del Instituto Cervantes resalta el papel de los suplementos culturales que ayudan a elegir entre la gran cantidad de publicaciones que se editan. "También lo hacen para difundir la lectura". Pero esta debe basarse más en la familia y la educación. "En las hogares tiene que haber un ambiente propicio para la lectura", afirma. Y la acción pública, añade, deberá apoyar a través de campañas que incidan en que leer facilita el conocimiento.