Tampoco los fantasmas escapan de la ajetreada censura china. Una nueva circular acaba de prohibir la venta de productos audiovisuales con excesivas dosis de misterio y terror, según publicó ayer el Shanghai Daily . La ley es de ejecución inmediata: todas las películas deberán ser retiradas y los directores que las estén filmando deben eliminar los elementos prohibidos.

El diario aclara que se incluyen dentro de la normativa aquellas historias con "espíritus, fantasmas violentos, monstruos, demonios y otros seres inhumanos, extraños o sobrenaturales cuyo único propósito es causar terror". Las autoridades chinas pretenden proteger el "desarrollo y la salud psíquica" de los niños y adolescentes, principales consumidores del género. Las películas de terror, sobre todo coreanas y japonesas, abundan en cualquier tienda china de DVD.

El Gobierno de Pekín clausuró hace varios meses revistas de terror por las mismas razones. La policía requisó miles de ejemplares de estas publicaciones de quioscos en todo el país, sobre todo de los más cercanos a los colegios. Ocho publicaciones fueron cerradas, casi todas con la palabra "gui" (fantasma) en la cabecera. El detonante de la medida fue el éxito del cómic Nota de muerte , que prometía a sus lectores que moriría la persona cuyo nombre escribieran en la revista. El debate televisivo se planteó hace dos años, después de que un niño de 13 años estrangulara y quemara a su abuela, tío y primo, siguiendo los procedimientos que vio en una serie.

Esta prohibición se enmarca en una amplia campaña gubernamental para eliminar los contenidos "vulgares" de los escaparates mediáticos.