Final de su etapa americana, primera película en color y el mundo de la naturaleza y su plasticidad, que ya había reflejado en ´Una jornada de campo´, ´El río´ (que se proyecta hoy en el aula de cine de Caja Extremadura en Cáceres), aunque ambientada en la India, parece lo que proclama: una película intemporal. Nada del convulso país, que recién independizado de Gran Bretaña seguía sometido a violentos enfrentamientos religiosos, a una pobreza aguda y a un sistema de sometimiento social, aún hoy sin cancelar. La mirada de Jean Renoir es la de un viajero de paso, que cruza los sitios por su superficie. Es por tanto una mirada lejana, apoyada en una imaginería familiar para quien contempla el país desde fuera. Y de hecho, la historia transcurre entre occidentales, en el seno de una familia propietaria de una plantación. La llegada de un joven mutilado de guerra atrapará en una red sentimental a tres chicas, cuyas historias discurren junto al paso del río, la presencia de los indios (criados, serviciales, distantes) y sus ritos de paso. El filme (que aparece siempre en las listas de los mejores de la historia del cine) avanza con la misma cadencia de su título y así ha de verse. Sorprenderá a espectadores acostumbrados a la velocidad de las imágenes de buena parte del cine actual.