Nada puede aguar la fiesta a algunos de los protagonistas cinematográficos del año, ni siquiera el frío y la lluvia que estos días han hecho de Los Angeles una ciudad que recuerda a Alberto Iglesias su San Sebastián natal. Que el cine tiene ganas de celebrar se confirmó el sábado en la entrega de los premios Espíritu Independiente en la playa de Santa Mónica, donde Javier Bardem se convirtió en objeto de deseo y donde se escucharon como nominados y vencedores muchos títulos y nombres propios que ayer volvían a pronunciarse en una gala de los Oscar que arrancaba al cierre de esta edición.

Si el año pasado fue Pequeña Miss Sunshine la que hizo doblete en la playa y 24 horas más tarde en el corazón de Hollywood, el sábado el primero de los pasos lo dio Juno . La pequeña producción de 7,5 millones de dólares, que ha batido en taquilla a sus cuatro competidoras por el Oscar a mejor película, se llevó el premio a mejor cinta independiente del año, actriz protagonista (Ellen Page) y mejor primer guión (Diablo Cody).

Los elementos comunes fueron muchos más. En esa fiesta desenfadada triunfó Tamara Jenkins por su guión de The savages , que también le valió el premio al mejor actor a Philip Seymour Hoffman. Jenkins aprovechó para tirar uno de los dardos de la tarde. "Muchos de los productores que están aquí no quisieron financiar mi película", recordó.

Cate Blanchett ganó como mejor actriz de reparto por su encarnación de Bob Dylan en I´m not there , cuyo reparto coral recibió el premio Robert Altman.

El humor no faltó en referencia al atractivo de Javier Bardem, presidente honorífico de los premios. "Es encantador, atractivo, talentoso, habla cinco idiomas... Quiero acostarme con él de mala manera", decía el presentador Rain Wilson. Bardem siguió el juego diciendo que compartir la cama era buena manera de practicar su inglés... Pero el que dio la puntilla fue Dustin Hoffman. "Yo me he acostado con Bardem --dijo-- y el fruto de nuestra unión es... Philip Seymour Hoffman".