Que Bruce Wayne, el hombre tras la máscara, nació un 19 de febrero y simula que bebe champán cuando en realidad toma cerveza de jenjibre. Que Gotham es “la cara oscura de Nueva York”, cuyo nombre se le ocurrió al guionista Bill Finger al ver el de una joyería y al saber que era el mote que usaban para llamar a la ciudad quienes la odiaban. Que un ejemplar de ‘Detective Comics #27’, en el que aparecía Batman por primera vez, se vendió en el 2010 por 1.075.000 dólares, la segunda mayor cifra pagada por un cómic (el top se lo llevó el ‘Action Comics #1 donde debutaba Superman). Que los dos dedos que Travolta y Uma Thurman se cruzan ante los ojos en el baile en 'Pulp Fiction' eran un guiño al Batman pop de la tele de los 60 con danza watusi incorporada, encarnado por el recientemente fallecido Adam West... Decenas de anecdóticos datos como estos sobre el universo del Caballero Oscuro las desgranan, acompañadas de su particular humor y desenfado, el monologuista de ‘El club de la comedia’ Arturo González-Campos y el novelista de 'best-sellers' Juan Gómez-Jurado en ‘Batman mola más que tú’ (Timun mas). Ambos autores, que dirigen el exitoso podcast ‘Todopoderosos’ (más de cuatro millones de descargas), que precisamente estrenaron hablando sobre el hombre murciélago hace un par de años -junto a Javier Cansado (de Faemino y Cansado) y Rodrigo Cortés (director de 'Buried'- recorren ahora su historia desde los cómics, el cine o la televisión. Bajo estas líneas, siete (o más) curiosidades que el libro permite hilvanar.

¿CUÁNTO CUESTA SER BATMAN?

Pues la friolera de 700 millones de dólares. Según datos del historiador del cómic Thaddeus Howze, solo la capucha de grafito customizado vale un millón. La versión “más alucinante” de Batmóvil, el Tumbler, cuesta 18; la Batmoto, millón y medio, y el Bat, que despega en vertical, 60... Pero, añaden los autores, lo más caro es tener una mansión como la de Bruce Wayne: 600 millones de dólares, que incluyen el refuerzo de los cimientos del ala Oeste (repasar ‘Batman Begins’). No hay que olvidar que en el ‘pack’ deben entrar el salario de Alfred, el entrenamiento en armas, vehículos, ingeniería informática, criminología y las diversas estancias en monasterios tibetanos... Según, la revista ‘Forbes’, añaden los autores, Bruce Wayne estaría en el número 6 en la lista de los personajes ficticios más ricos, con un patrimonio neto de 6.500 millones de dólares.

El dibujante Bob Kane (1915-1998) lo creó, vale, pero, ¿y el padre en la sombra? Como bien reivindicaba en su libro ‘Batman Serenata nocturna’ David Hernando, el caballero oscuro tuvo dos creadores, aunque Kane siempre figuró en solitario en los créditos como su artífice, tanto en los cómics como en el cine y la franquicia gracias al contrato que ya desde la primera historieta, en 1939, firmó con DC Comics. Pero sin el brillante Bill Finger (1914-1974) quizá Batman no sería el Batman que conocemos. El guionista no pudo ver reconocido en vida su imprescindible papel en la creación del héroe de Gotham ni en el de personajes como el Joker, Robin o el Pingüino.

ENTRE EL ZORRO Y SHERLOCK

Hubo más influencias y referentes a la hora de crear el personaje, como La Sombra (de las novelas de Maxwell Grant, seudónimo de Walter Gibson, agente de Houdini), pero las más notables son tres. La versión muda de 'El zorro', de Douglas Fairbanks, de 1920, comparte con Batman la figura de un multimillonario que mantiene una doble identidad: públicamente “es un noble melindroso y despreocupado” pero a la vez es un “justiciero enmascarado” (aquí, un guiño de Frank Miller en ‘Batman. Año Uno’: los padres de Bruce Wayne son asesinados cuando salen con él del cine de ver esa película, justo a las 22.47). También las alas de murciélago que Leonardo Da Vinci había dibujado para sus artefactos voladores eran como las del primer Batman que dibujó Kane. Y, sobre todo, Sherlock Holmes, donde Robin sería su doctor Watson.

MILLER, LAS MEJORES VIÑETAS

“Todo el mundo en pie”, reclaman los autores del libro para empezar a hablar de Frank Miller, “uno de los genios del cómic” y al que “debemos el Batman más molón”. Aparece, en 1987, ‘Batman. Año Uno’, con dibujos de David Mazzucchelli, donde Miller descubre los miedos infantiles de Wayne a los murciélagos y cómo los usa para vencer sus temores y trasladarlos a los criminales, además de aliarse con el entonces teniente Gordon. Es una historia adulta, donde “nada es blanco o negro. Y, precisamente por eso, todo suena real”. Y Miller siguió haciendo “magia” y creó 'El regreso del Caballero Oscuro', que, recomiendan, hay que “leer de rodillas”, pues es el cómic que “explica a Batman”. Sobre ambas obras maestras “se edificará no solo el éxito de la concepción moderna del personaje, sino el andamiaje completo de la industria actual del cine de superhéroes”. Sin ellas, no habría llegado Christopher Nolan con su rompedora trilogía cinéfila.

LA CENSURA DE LOS AÑOS 50 Y 60

“1954. El año en que una mente enferma” derrotó a Batman, es, admiten los autores, “el capítulo más triste del libro y de toda una época del cómic”. Fedric Wertham, psiquiatra alemán afincado en Nueva York, ‘ayudaba’ a un joven paciente homosexual a “tratar sus tendencias”. El chico leía cómics de Batman, con el que, decía, “tenía sueños eróticos” y de ahí que el médico escribiera un libro demoledor, ‘La seducción del inocente’, donde demonizaba los cómics porque, según él, “podían incitar a los niños hacia fantasías homosexuales”. Lanzó la teoría de que Batman y Robin eran amantes y de que “la fuerza física y la independencia de Wonder Woman” se explicaban porque era “obviamente, una lesbiana”. Y el Subcomité del Senado sobre Delincuencia Juvenil se lo tomó en serio e implantó un sistema de autocensura a las editoriales de cómic prohibiendo, entre otras cosas, “mostrar a una mujer sexy”, “un arma de fuego apuntando a una persona”, “vampiros, hombres lobo o zombis” y, claro, imágenes “de perversión sexual, anormalidades sexuales y relaciones sexuales ilícitas”.

EL JOKER, INSUPERABLE VILLANO

Desde el primero, Stryker, que acaba en un tanque de ácido, pasando por el Pingüino, sin duda el malo más fascinante es la prueba irrefutable de la existencia del "caos": el Joker, a quien primero puso cara en el cine Jack Nicholson y luego un malogrado Heath Ledger. Fue uno de los “colaboradores/esclavos de Bob Kane”, Jerry Robinson, quien tuvo la inspiración durante una partida de póker al fijarse en la carta del comodín. A partir de ello, Finger recordó un fotograma del actor Conrad Veidt en la película ‘El hombre que ríe’, aunque, según Kane, por supuesto, todo había sido idea suya. Sin embargo, fue otro grande de la historieta, Alan Moore (‘Watchmen’), quien nos legó con este villano enfrentándose a Batman “uno de los mejores cómics de la historia”, ‘La broma asesina’, donde “cada viñeta es un cuadro de Munch y cada diálogo podría firmarlo Hannibal Lecter”.