Tiene justificación la violencia. De esta premisa parte Promesas del Este , un thriller colosal, por el dominio de las sutilezas, en el que David Cronenberg explora, de nuevo, los enigmas de la identidad. El director canadiense logró ayer en el Festival de Cine de San Sebastián, inaugurado anoche, la ovación unánime con un relato sobre la imposibilidad de dominar a la bestia, a menos que quien se enfrente a ella se convierta en un habitante de la indiferencia, un monstruo aún más atroz, un ser ambiguo capaz de sacrificar cuestiones éticas para caer en la maldad.

Decía Dostoievski que el secreto de la existencia humana no solo está en vivir, sino en saber para qué se vive. Cronenberg releyó al novelista ruso antes de rodar Promesas del Este . "Quería descubrir el alma oscura", reconoció ayer el autor del filme, donde la tragedia acecha desde el primer segundo con el nacimiento de un bebé en el mismo instante en que muere la madre.

El significado oculto de la sangre subyace en toda la trama, un brillante libreto de Steve Knight, autor del guión de Negocios ocultos , de Stephen Frears. La acción vuelve a acontecer en Londres. Esta vez, en el cerco de la mafia rusa que trafica con esclavas sexuales. Vory V Zakone es una hermandad de asesinos que, tras la caída del muro de Berlín, extendió sus redes por Europa. Un soberbio Viggo Mortensen da vida al chófer de la familia que reina en el crimen organizado.

HIPERREALISMO La sanguinaria pelea a la que el protagonista se enfrenta en una sauna es de un realismo brutal. Estremece. "Si se fijan, solo hay cinco minutos muy violentos en un metraje de 100. Pero impacta por la amenaza", señaló Cronenberg, no en vano un nombre clave en el cine de terror. "Hay más tipos de violencia: la social, la psicológica y la emocional", enumera el director. "Las abordo todas". Para él, un ataque a muerte no es un cuento cinematográfico. "Por ello insisto en la realidad".

Dostoievski no es el único referente literario. El personaje de Mortensen se inspira en el mito de Fausto, el legendario doctor de Goethe que vende su alma al diablo. Simboliza la tragedia de la venganza en la película, repleta de códigos bíblicos, como el de un bebé amenazado por la muerte en un río o un tatuaje del ángel desnudo esculpido en los miembros de la sociedad secreta. Sospechas, dilemas morales y giros argumentales confeccionan una trama que acontece entre Navidad y Año Nuevo.