El ganador de un Oscar, Russell Crowe, comparte con el cineasta Ridley Scott "una intuición, un sentido del humor y una percepción estética" que, tras Gladiador , les ha hecho volver a rodar juntos Un buen año , una comedia romántica ambientada en la Provenza francesa que se estrena el 3 de noviembre.

El actor australiano Russell Crowe, de visita promocional en Madrid, reconoció que se ha convertido en "un producto comercial de Hollywood con la marca chico malo " por una capacidad que también utiliza para su trabajo como actor, "una honestidad que hace que diga en cada momento" lo que considera "una buena película o una basura comercial".

Y, no para cambiar su imagen, sino porque elige en cada momento los personajes que le parecen "divertidos" o los guiones que "tienen calidad" y encajan con su "momento vital", se ha decantado por la comedia en Un buen año , película que le une por segunda vez al director que le llevó al Oscar con Gladiator y con el que ya tiene también casi terminada American Gangster .

Basada en el best-seller de Peter Mayle, amigo del director, Un buen año presenta a un Crowe enfático en su trabajo de broker de la Bolsa de Londres que, cuando hereda una finca en la Provenza francesa, intenta dar rendimiento inmobiliario a su legado.

Sin embargo, en la difícil tramitación de las escrituras, comienza a descubrir un nuevo modo de vida, "se da cuenta de que, aunque lo tiene todo, al viajar hacia su infancia descubre que, a pesar de todo el dinero y su éxito laboral, se ha empequeñecido como persona", explicó.

COSTUMBRES En este renacer a las viejas costumbres agrícolas y al ritmo de vida rural tiene mucho que ver, por un lado, el vino, y por otro, una mujer de fuerte carácter que frenará los impulsos ególatras de su personaje, papel que interpreta la actriz francesa Marion Cotillard.

Un buen año está diseñada como un vehículo para desempolvar las habilidades cómicas del protagonista de Una mente maravillosa . "Otro de los grandes motivos para hacer el filme fue trabajar en la Provenza francesa", dijo. Allí Ridley Scott tiene una finca con un viñedo y Crowe pudo ir "a trabajar en bicicleta, descubrir el placer de un buen rosado y disfrutar de un rodaje muy relajado".