Sí, es Custo. No hay más que mirar una prenda para reconocer en ella el sello de Custo Dalmau. El diseñador catalán volvió el jueves por la noche a la gran manzana para celebrar el décimo aniversario de su debut en la Semana de la Moda de Nueva York y reafirmar sin pudor su propuesta gráfica y colorista en un desfile que rechazó el concepto de la colección temática y la manida inspiración en motivos reconocibles.

El ropero de Custo Barcelona para el próximo verano recupera el espíritu desacomplejado de otras colecciones. El responsable de la firma lo explica mejor que nadie. "Llevamos 25 años en el mercado. Tenemos claro que somos un proyecto gráfico y de color. El desfile de hoy es una reafirmación de lo que somos: no queremos cambiar pero tampoco mirar atrás", aseguró poco antes de abarrotar una de las salas de las carpas de Bryant Park.

Mientras muchos de sus colegas dependen de ayudas públicas para llevar a buen puerto una colección, Dalmau ha tejido una trama empresarial que le permite abrir tiendas a buen ritmo, presentar sus propuestas en Nueva York y, lo que es mejor, venderlas en todo el mundo. El sector de la moda española podría tomar apuntes sobre cómo consolidar la imagen de marca.

"La feria Bread & Butter es una buena oportunidad para que se nos conozca fuera. En Barcelona hay mucho talento, pero eso es solo un elemento de la moda. Es importante que haya un buen márketing y un engranaje empresarial que en España falla", lamenta. ¿Y las subvenciones? "No creo en las subvenciones, son pan para hoy y hambre para mañana", zanja el creador.

Los shows de Custo Barcelona en Nueva York tienen su liturgia. La prensa española acude en tropel a la llamada de la firma. Es importante desfilar, pero mucho más conseguir que el desfile sirva para dar a conocer el trabajo. "A nosotros nos va bien desfilar en Nueva York. Junto con París y Milán es la principal pasarela del mundo. Son las únicas que tienen repercusión, y hacer un desfile bien supone el mismo desgaste de energía aquí, en Madrid y en Tombuctú, pero la repercusión no va a ser la misma. Así que seguimos aquí", explica. En este desfile, además, Custo le dio la alternativa a Maite, una joven de 17 años que participa en el concurso Supermodelo 2006 de la cadena Cuatro.

Dalmau sabe esquivar las críticas de quienes le echan en cara que siempre hace lo mismo. "En cada colección hay elementos que cambian, pero es importante que el consumidor reconozca nuestro producto sin necesidad de que lea la etiqueta. Hay gente que lo considera una falta de creatividad, pero es más difícil reinventarse cuando tienes un terreno muy acotado que empezar de cero", matiza el diseñador.

Custo dejaría de ser Custo si de una colección a otra decidiese poner fin a su romance con los estampados y el color. "No nos hemos planteado cambiar. El proyecto Custo tiene su genética, su ADN, si cambiáramos sería para hacer otro proyecto. Y de momento no es el caso", zanja.