El capitán de la selección inglesa, David Beckham, y otras estrellas como él pueden explotar ciertos agujeros de la legislación fiscal británica y ahorrarse una fortuna en impuestos por los artículos de lujo que adornan su imagen.

El diario Daily Mail criticó ayer que el futbolista, cuya fortuna se calcula en 103 millones de euros, pueda excluir del pago de impuestos, como gastos de empresa, aquellos artículos que contribuyen a mantener su imagen pública. Eso significa que Beckham, que se embolsa unos 25 millones de euros al año explotando su imagen, no está obligado a pagar impuestos por la compra de sus pendientes de diamantes, sus trajes de diseño ni por sus visitas al peluquero, señala el periódico.

Expertos fiscales consideran que ese privilegio, que es legal, podría incluso aplicarse a los coches deportivos del futbolista.