Además de ese sol de justicia, los migrantes que tratan de cruzar la frontera con Estados Unidos en 'Desierto' deben luchar contra otra amenaza: un francotirador racista que se propone acabar, uno por uno, con cualquier visitante extraño.

Jonás Cuarón, hijo de Alfonso, sobrino de Carlos (estos dos productores aquí) y coguionista de 'Gravity', tuvo la idea para su segunda película hace ahora una década, cuando viajaba por Arizona y fue invitado por el consulado mejicano de Tucson a ver sus instalaciones: "Pude conocer las historias de los migrantes de su propia voz", nos explica vía telefónica. "En esa época las leyes antimigratorias se habían puesto duras. En los últimos años se propagó la retórica del odio y me veía obligado a hablar del tema".

El camino que más le apetecía era el del género: "Ya se han hecho muchos buenos dramas sobre migrantes", dice. "Yo quería hacer algo con la perspectiva del cine de los 70, cuando se hablaba mucho de política a través del thriller o el terror. Principalmente, me influyó 'El diablo sobre ruedas', de Steven Spielberg, una historia pequeña que puede ser metáfora de algo más grande".

En la trama ideada por Cuarón resuena también un clásico de décadas atrás como ‘El malvado Zaroff’, sobre un loco que caza hombres en su isla privada, pero Cuarón la descubrió a posteriori, “igual que otra película interesante, ‘La presa desnuda’ [dirigida por Cornel Wilde en 1965 y centrada en una cacería humana por África]”.

EL INFINITO COMO PESADILLA

No existe tanta distancia entre 'Gravity' y 'Desierto', si uno se para a pensarlo; en ambos filmes una gran amplitud (el cosmos en la primera) se convierte en lugar claustrofóbico. Para el mejicano encarnado por Gael García Bernal, que en realidad trata de volver a su hogar, y no buscarse otra vida, la amenaza invisible del personaje de Jeffrey Dean Morgan convierte el desierto en una jaula. "Cuando tuve la idea hace diez años, se la expliqué a mi padre y me dijo: '¡Yo quiero hacer algo así!'. Es decir, una película con pocos diálogos, de acción pura, con el protagonista enfrentado a un medio inhóspito… Son historias diferentes, pero puede decirse que 'Desierto' es la versión de 'Gravity' con los pies en la tierra".

En 'Desierto', el principal enemigo tiene cara y ojos: la cara y ojos imponentes de un actor que de hacer papeles románticos (era el amante fantasma de Izzie en 'Anatomía de Grey', Denny Duquette) ha pasado a ser villano recurrente. Difícil decidir quién es más cruel: si el Negan de 'The walking dead' o el xenófobo con rifle de 'Desierto'. "Escogí a Jeffrey Dean Morgan porque era un actor que podía imponer, pero que, a la vez, tenía un gran factor humano. Jeffrey es un tipo grande y rudo, daba miedo pedirle otra toma (risas), pero con una gran intensidad emocional. ¡Y adora a sus perros! La conexión que creó con los perros de la película fue algo increíble".

¿Estamos tan lejos de la pesadilla que pinta esta distopía polvorienta? ¿O, como en 'Black mirror', esto parece más futuro cercano que lejano? El ascenso de Trump a la presidencia parece haber legitimado el discurso del odio. "En el contexto de las elecciones, subimos el tráiler de 'Desierto' a YouTube. Y es increíble cómo los comentarios se llenaron tan rápido de palabras racistas".