El fenómeno del Despacito es la punta del iceberg de un año en el que el reguetón y los sonidos urbanos, ya implantados como música pop, mandan más que nunca en la canción del verano. Pocas son las piezas más bailadas ajenas, en mayor o menor medida, a su ritmo. Entre ellas, la fulgurante confirmación de C. Tangana en el ámbito mayoritario. El nuevo duelo en la cumbre entre Maluma y J. Balvin. La inalterable presencia estival de Enrique Iglesias. La onda expansiva de la crisis venezolana con Danny Ocean. El Kung-Fú del canario Dasoul. El flechazo de Shakira por Gerard Piqué. La escapada de Wisin y Ozuna... Incluso la canción anglosajona que más suena, Shape of you de Ed Sheeran, es casi dancehall, el género jamaicano que originó el reguetón. Virando al rhythm and blues, el estadounidense de origen palestino DJ Khaled triunfa por partida múltiple y el podio de la canción friki del año queda desierto a pesar de los intentos de Sandro Rey con su Lagarta.

SUPREMACÍA / Confirmar a estas alturas que Despacito es la canción del verano sería una insultante obviedad. Cuesta horrores recordar algo similar. Ni siquiera cuando hace tres temporadas Enrique Iglesias reactivó con Bailando el fenómeno de la canción por excelencia del verano. Ni cuando el Aserejé de Las Ketchup se alzó hace 15 años entre sonada competencia. Ni tan siquiera a mediados de los años 90, cuando el boom planetario de la Macarena cantada por Los del Río llegó aquí con la melodía archisabida de años atrás. La canción del verano suele dar sorpresas de última hora. Sin ir más lejos, el año pasado, en las últimas semanas estivales, La bicicleta de Carlos Vives y Shakira terminó adelantando a cualquier otra pieza. Y hace dos, La Gozadera de Marc Anthony y Gente de Zona se llevó el gato al agua casi cuando ya empezaban las lluvias otoñales. Pero este parece imposible que nada pueda derrocar la supremacía de Luis Fonsi y Daddy Yankee con Despacito. La canción en castellano más difundida desde que empezó el siglo XXI.

CRISIS VENEZOLANA / A pesar del sobrepasar los 650 millones de reproducciones en Youtube y sonar insistentemente con Súbeme la radio, Enrique Iglesias no ha revalidado el estatus de rey del verano que en los últimos tres años ostentaba. Y eso que en esta ocasión ha vuelto a aliarse con el cubano Descemer Bueno, autor de aquel Bailando del que tanto ha bebido Despacito. Quien vuelve a estar de enhorabuena es su invitado en Duele el corazón el verano pasado, Wisin, junto a Ozuna en Escápate conmigo. Y mucho más que una escapada fue lo que llevó a Danny Ocean a componer la exitosísima pieza Me rehúso. Con ella el conflicto venezolano salpica de refilón hasta a la canción del verano. Sin embargo, aunque su título casi parezca una enmienda a la Asamblea Constituyente de Nicolás Maduro, en realidad se trata de una canción de exiliado amor.

DE ESPAÑA AL MUNDO / Lo que sí sigue en horas bajas es la canción del verano made in Spain. La globalización y la crisis discográfica crónica parecen haber finiquitado una pequeña industria antes volcada en estos menesteres. De una escena completamente diferente procede el madrileño C. Tangana. Este año ha actuado tanto en el Sónar como en el Primavera Sound y sin renunciar a sus orígenes hip-hop se postula cada día más como la gran estrella pop que tanta falta le hace a este país. Su Mala mujer es la única canción española que campa entre las 10 más vendidas en la última lista de ventas facilitada. Y a nadie debería extrañar tamaño acercamiento al reguetón, a fin de cuentas, la canción que lo encumbró el verano pasado era casi dancehall. Aquel Antes de morirme junto a Rosalía, hoy convertida en la cantaora del momento, fue un fenómeno viral que este Mala mujer lleva camino de sobrepasar. Y su espectacular vídeo corre también como la pólvora en otros países de habla hispana: República Dominicana, México, Colombia, Argentina, etcétera, etcétera.

DUELO EN LA CUMBRE / Los artistas colombianos Maluma y J. Balvin, los dos grandes nuevos reyes del reguetón, contratacan con inéditos singles. Maluma lleva meses desconcertando al personal. El chico bonito del género, se convirtió en cacareado ejemplo de incorrección política con sus escarceos trap. Y ahora da musicalmente la vuelta a la tortilla sin atenuar desinhibición sexual. Felices los 4 no es explícito ni malsonante, aunque la letra de su sensacional estribillo tampoco se anda por las ramas. Promiscua, como el as que la semana pasada se sacaba de la manga al colgar el vídeo de una versión en clave salsera junto Marc Anthony. Nada que ver tiene en cambio Mi gente con el homónimo himno salsero de Héctor Lavoe (que también cantó Marc Anthony). Monopolizando el primer puesto de las listas españolas desde hace varias semanas, Mi gente de J. Balvin en realidad tampoco es exactamente suya. La estrenó antes el cantante que figura como su invitado: Willy William.

MÁS FRANCÉS QUE INGLÉS / La exitosa última operación de Balvin es similar a la que a principios de esta década hizo Don Omar con Danza Kuduro. O a la práctica habitual de tantas grandes estrellas del mainstream atentas a lo que se cuece fuera de sus mansiones. Mi gente es en realidad una adaptación hispana de la canción que apenas dos meses antes había publicado su partenaire, el afrofrancés Willy William, con el título de Voodoo song. Varias de sus originales frases originales francófonas suenan en Mi gente y, a tenor del impacto que está teniendo este verano, casi se está bailando más en francés que en inglés. Valga la boutade para constatar que, si bien el inglés no suele ser lengua vehicular en lo que a canción veraniega se refiere, en este 2017 menos que nunca. Como excepción más sonada, el Shape of you del británico Ed Sheeran. Con cuya acogida se desquita del fiasco de su hooliganesca oda a Barcelona.

MOJITOS CON OJITOS / En inglés suena parte de la versión del Despacito con Justin Bieber como invitado, quien también campa a su anchas mano a mano con David Guetta en 2U y, en I’m the one, invitado junto a otras figuras por DJ Khaled, que a su vez, en su otro éxito, Wild Thoughts, cuenta con la participación de Rihanna, una de las pocas grandes divas que este año se cuelan entre las preferencias estivales. La que más, Shakira, que vuelve a dar en la diana rememorando el flechazo que le unió al siempre en la diana, el barcelonista Gerard Piqué. Con achispadas rimas («Un mojito, dos mojitos / mira que ojitos bonitos»), se acerca en su canción Me enamoré al moombahton, género que nos descubrió aquí el canario Dasoul, quien por cierto, este verano anda aliado en sus andanzas con el venezolano Nacho a golpe de Kung-Fú.

En definitiva, si por algo se puede calificar este verano, como ya apuntábamos al principio, es por el dominio del reguetón por encima de cualquier otro género y por la desaparición casi absoluta de los hits de artistas españoles que no acaban de encontrar el modo de competir con la música latina del otro lado del Atlántico.