Internet se ha convertido en un hervidero de teorías sobre el fin del mundo que giran alrededor de ese día, con webs como 2012endofdays.org, Survive 2012, o December212012.com, que pintan un escenario dantesco para la víspera de la Navidad de dentro de tres años. Grandes terremotos, una alteración radical del clima, guerras masivas, o el impacto de un asteroide como el que causó la extinción de los dinosaurios son los desencadenantes más populares que supuestamente acabarán con la sociedad tal y como la conocemos. Historias que motivaron a Columbia Pictures a realizar "2012", nueva película de catástrofes del director Roland Emmerich ("The Day After Tomorrow", 2004, "Independence Day", 1996) que se estrenará el 13 de noviembre en EEUU y a buen seguro llevará las premoniciones tremendistas a las conversaciones cotidianas.

En su afán por arrojar luz sobre el tema, y crear expectación, el estudio reunió a tres expertos en los "misterios" que envuelven los últimos días de 2012 en la presentación del filme a los medios de EEUU en los alrededores del parque de Yellowstone, uno de los parajes que salen mal parados en la cinta. "Hollywood hace lo que hace Hollywood, una increíble obra maestra visual, pero mis investigaciones apuntan a que los mayas tenían una idea muy diferente de lo que significa el final del un ciclo", explicó John Major Jenkins, autor de nueve libros sobre el significado del calendario de esa cultura precolombina.

"En 2012 concluye la llamada larga cuenta de los mayas que completa un período de 5125 años. Eso es algo real que pertenece a su tradición, es un hecho, y ellos creían en que los finales de ciclos tenían que ver con transformación y renovación, no predijeron el fin del mundo", afirmó Jenkins. En declaraciones a Efe, este autor aclaró que "uno de los malentendidos que hay es que el 2012 supone el final del calendario maya. No es así, se cambia de ciclo pero el calendario continúa". Para Jenkins lo más significativo de la fecha es la capacidad de los astrónomos mayas para anticipar una extraña alineación galáctica, que según sus datos ya se está produciendo, y el simbolismo del 21 de diciembre, el solsticio de invierno.

"Sus inscripciones coinciden con la alineación del sol con la llamada 'grieta oscura' de la Vía láctea, un fenómeno que ocurre cada 26.000 años. Esto está documentado científicamente", manifestó Jenkins. Este autor explicó que esa región de la galaxia era concebida por los mayas como "un portal o lugar de nacimiento, la ruta hacia el inframundo", aunque la alineación es un proceso de años que según sus cálculos se produce dentro de un marco de tiempo que va desde 1980 hasta 2016. "Cómo se relacione ese acontecimiento con sucesos en la sociedad, lo desconozco, aunque los rituales mayas siempre tenían una enseñanza espiritual", declaró Jenkins, quien sostiene esa tesis en su última obra "The 2012 Story: The Myths, Fallacies, and Truth Behind the Most Intriguing Date in History" (2009).

De esa misma opinión era Daniel Pinchbeck, periodista experto en chamanismo y autor de "2012: The Return of Quetzalcoalt" (2007) y productor del cortometraje "2012: Time for Change".

"2012 no sabemos cómo será pero en lugar de mirar hacia el fin del mundo podemos verlo como una oportunidad para evolucionar y ser más creativos, inteligentes como especie y usar nuestras tecnologías en esa dirección. Es tiempo de transformación y purificación", comentó. Más fatalista fue Lawrence E. Joseph ("Apocalypse 2012: An Investigation into Civilization's End", 2007) quien nombró estudios de la National Academy of Science de EEUU y la NASA para vaticinar el caos. Joseph aseguró que entre finales de 2012 y principios de 2013 se prevé que ocurra una gran explosión solar que afectará a la Tierra y dejará sin electricidad a parte de la Humanidad durante años, no obstante, concluyó el autor, "sobreviviremos".