Lope de Vega escribió Fuente Ovejuna sirviéndose de un hecho histórico de la época de los Reyes Católicos, referido en la Chrónica de las tres Ordenes militares , de Rades y Andrada (1.572), que supo convertir --fantaseando ese algo fosilizado que suele ser la Historia-- en un hecho teatral vivo, plástico, palpitante, que tiene por protagonista a un pueblo.

Esta tragedia rural elevada a la categoría de poema épico, que relaciona los excesos del Comendador Fernán Gómez, de violaciones a mujeres, provocando la indignación, primero, y luego, la venganza de sus vasallos, ha tenido la difusión y éxito popular de un clásico no tanto por el criterio de M. Menéndez Pelayo --su restaurador-- de ser la obra más democrática en el teatro castellano sino porque retocada en el pilar más falso que tiene, es decir, su conversión en un drama social, y aliviada o suprimida la parte última, tan exaltadora de la monarquía, con falsedad también, fue interpretada como adalid de la rebelión justa acometida por un pueblo que defiende su honra y su libertad.

De Fuente Ovejuna , se han hecho también muchas versiones experimentales que han puesto en tela de juicio esa doble acción teatral de Lope, la social en primer plano y la política de telón de fondo, que son históricas y las dos manipuladas; y algunas ocultaciones de intereses políticos y comerciales que el autor se guarda en la manga, como la del servicio que hace a la monarquía de contar las ventajas de un poder único o la sumisión de su personalidad a quien va a ser su público.

Reflexionando sobre la complejidad de la obra, en su necesidad y sus valores ideológicos y estilísticos que suscitan muchas interrogantes, la compañía extremeña Samarkanda Teatro ha producido Crónica de Fuente Ovejuna , propuesta que desarrolla una arriesgada dramaturgia tratando de hacer y entender tanto el hecho histórico como el hecho teatral y su vinculación política y cultural.

El trabajo experimental de la compañía ha contado con el conocido director José Carlos Plaza, que ha realizado una interesante lectura didáctica de la nueva obra, en su contenido y forma, partiendo de la fase de ensayos de creación colectiva de un grupo de actores, con el planteamiento de cuestionar Fuente Ovejuna --de la que solo transcriben los momentos claves del texto de Lope-- y de relacionar con el presente el mensaje de la obra.

En el espectáculo, Plaza fusiona la fórmula Pirandeliana de teatro en el teatro y la fórmula Brechtiana de distanciamiento con el público logrando un montaje de incuestionable rigor práctico. Destacan la concreción crítica y plástica poco menos que cronométrica en el rol creativo de los actores --que se turnan desdoblándose en muchos personajes-- y en la geometrización de los movimientos que, apoyados por una perfecta luminotecnia, impregnan la escena de atmósferas propicias.

ENTREGA Y CALIDAD En la interpretación, salta a la vista la total entrega y calidad de un trabajo de equipo compuesto por cinco actores y tres actrices, de los que sería injusto hacer distinciones, ya que cada uno contribuyó dando dimensión a sus posibilidades dentro de las caracterizaciones que realizan.

No obstante, señalo su punto débil, la falta de tiempo --rodaje-- para matizar la mecánica teatral de tantas duplicaciones de personajes y escenas paralelas sugerentes (que confunden y abruman bastante al público poco erudito en las técnicas dramáticas) y para dominar el soniquete del octosílabo en las escenas corales.

Esta Chrónica... es una propuesta que se debe apreciar en festivales o muestras de teatro.