El diseñador español Josep Font debutó ayer en la pasarela de París y ofició la apertura de los desfiles programados en la semana del prªt- - porter para el otoño- invierno 2006-2007 con la visión de una mujer "en cuyo interior palpita la pasión", dijo el modisto. La mujer invernal de Font es una criatura que "no admite la vulgaridad ni la traición, la claudicación ni el tedio", una "Carmen nueva y eterna", explicó.

El desfile tuvo lugar en el Moulin Rouge de París. El cabaret sustituyó sus no menos célebres bailarinas de cancán por una veintena de modelos superdelgadas que disimulaban en parte sus huesos gracias a la generosidad y la abundancia de los tejidos, diseñados, como siempre, por el propio Font.

Se vieron faldas de todos los largos y todas las formas (trapecio, corola o abullonada); pantalones anchos, estrechos e incluso bermudas; abrigos, tops y boleros de organza, seda, falla, Harrys y chantilly . El abanico de colores fue amplio, aunque dominado por el negro. Hecho excepcional, la sala aplaudió algunos de los modelos.

En la pasarela no hubo efectos especiales, sólo moda y los peinados y tocados, firmados por Marcel, de riguroso clasicismo para servir mejor al modelo. Font presentó unas 50 propuestas que resumen su visión de una mujer "moderna" por fuera, "vestida para cualquier momento del día", pero "llena de pasión palpitante en su interior". Para él, su debut en París "no es una consagración", sino "un paso más".