Pedro Rodríguez (Villafranca de los Barros, 1960) es miembro fundador de Suripanta, la primera compañía teatral profesional extremeña. Toda su trayectoria está unida a este grupo.

--¿Cuál es su rincón favorito de Extremadura?--Estaría relacionado con el agua. En verano, cualquiera de las múltiples pozas de aguas cristalinas escondidas sierra arriba en las gargantas de la Vera. El resto del año, cualquier arroyo o regato de los que discurren por las impresiones dehesas extremeñas.

--¿Qué plato de la gastronomía extremeña prefiere?--La chanfaina, las sopas de boda que hacia mi madre y las morcillas de Navas del Madroño, una exquisitez aún por descubrir.

--¿Qué no debería perderse alguien que visite Extremadura?--Cuando recorro España para representar nuestros espectáculos, pienso que Extremadura es sin duda la región más bonita y con más diversidad de paisajes de todo el país. Las Hurdes, la Vera, Gata, el Jerte, la campiña de Valencia de Alcántara, Monfragüe, los pantanos de la Siberia, la Sierra de Tentudía, las dehesas entre Salvaleón y Jerez... todos son paisajes naturales únicos.

--¿Algún lugar le ha marcado?--Mi adolescencia la viví en Zafra. Todos sus alrededores los recuerdo vivamente: El Castellar, cuyas piedras escalaba y por donde nos precipitábamos corriendo o sobre viejas bicicletas. El pantano de la Albuera, y sobre todo la Ribera de Zafra, donde nos bañábamos, pescábamos con las manos, y de cuyas aguas bebíamos.

--¿Qué actividades disfruta en la naturaleza durante su tiempo libre?--Caminar, aunque menos de lo que me gustaría; recoger setas y espárragos, siempre que sea posible. Y disfrutar con mi familia y amigos, como un dominguero más, de unas buenas viandas a la brasa y buenos vinos extremeños en mitad de una dehesa.

--¿A qué cita cultural de la región invitaría a un amigo?--Al Festival de Teatro Enclave de Humor que se celebra en Zafra en julio en su maravillosa plaza árabe porticada, la plaza Chica.

--¿Cuáles son los principales atractivos de Extremadura?--La variedad y belleza de sus paisajes. Su enorme y rico patrimonio natural, histórico, antropológico, cada vez más accesible. Y todo, al menos de momento, se puede disfrutar respirando tranquilidad y aire puro.