Las seis distribuidoras españolas más importantes han creado el grupo de presión DICA (Distribuidores Independientes Cinematográficos Asociados), que representa el 80% de los ingresos de los independientes, unos 250 millones de euros al año.

En DICA están integradas la madrileña Tripictures y las catalanas Lauren Films --en suspensión de pagos desde junio--, Filmax, Manga Films, DeAPlaneta (pertenece a Planeta y DeAgostini) y New World Pictures. Los independientes quieren defenderse de las distribuidoras de Hollywood, las majors, a las que acusan de impedir la libre competencia tanto en cine como en TV.

Pero el enemigo no son sólo las majors. TVE ("no nos compran títulos desde hace cinco años") y Digital+ ("tras la fusión entre las dos plataformas digitales tienen saturación de cintas hasta el 2008"), también reciben las críticas de este nuevo lobi.

Además, según los independientes, las teles sólo adquieren largometrajes a las multinacionales. "TVE gasta al año 120 millones en la compra de filmes. Sólo la Warner se lleva 48 millones", dice Luis de Val, presidente de DICA y de Manga Films. Interrogados por este diario sobre estas informaciones, ni el canal público ni el de pago han querido hacer comentarios.

A los productores, unidos desde 1991 en la FAPAE, la política de todos a una les ha dado frutos. La última conquista fue el real decreto aprobado en julio por el Gobierno, que regula la obligación de las televisiones de invertir el equivalente al 5% de sus ingresos en la producción de películas para cine y televisión.

De Val espera reunirse a partir de septiembre con el ministro de Industria, José Montilla; con la titular de Cultura, Carmen Calvo, y con los responsables de las cadenas. "Soy optimista, aunque el director de TVE, Juan Menor, no me devuelve las llamadas desde hace dos años y medio", dice De Val. Como última medida, la asociación emprendería acciones legales en Bruselas.

IMAGEN IRREAL Hace años que la caricatura del distribuidor como hombre con el puro humeante, rostro avaricioso y maletín en la mano pasó a la historia. Nunca ha sido más falso que ahora, cuando se trata de un gremio empresarial en apuros. Cines y televisiones, atraídos por el reclamo --a ojos de los espectadores y los televidentes-- de las superproducciones, han concedido un poder apabullante a las majors.

La fusión de Canal Satélite y Vía Digital en el 2003 fue la gota que colmó el vaso, ya que las independientes se quedaron sin una porción de pastel importante de la parrilla de Digital+.

Según los empresarios autóctonos, el único mercado con igualdad de oportunidades es el de los videoclubs y la sección de DVD de grandes superficies.