Jorge Drexler demostró el domingo que la elegancia es la forma perfecta de desquite. Después de una polémica decisión de los productores de la gala que supuso que el cantautor uruguayo tuviera que ver cómo otros interpretaban en la ceremonia la primera canción en español nominada al Oscar, Prince se encargó de anunciar el ganador. Abrió el sobre y Al otro lado del río aumentó el hito. Drexler, eufórico, subió al escenario. Tuvo la cabeza fría como para besar la mano de Prince y hacer una genuflexión ante un artista al que admira. Y tuvo el corazón para hacer lo que no le habían dejado: cantar. Dos estrofas sirvieron más que mil palabras.