--¿Qué verá el espectador en ‘Viriato’?

--Lo que hemos planteado desde el principio es que nos interesaba menos el héroe que el hombre. Este personaje, que tenía sus miedos, ansias y sueños, que sobre todo eran de paz, lo hizo todo en función de su sueño de paz, pero unas decisiones políticas equivocadas, un cansancio del tiempo de lucha y unas circunstancias hicieron que sus generales dejaran de creer en él como gran caudillo y estratega.

--La obra habla de la guerra, ¿qué tiene de actualidad?

--La guerra es una cosa que lo deciden los poderosos en beneficio de unos ideales pero que nos llevan siempre al mismo sitio. Siempre los que pagan y sufren las guerras son las personas corrientes, los refugiados. Los que están sufriendo la guerra de Siria no son el presidente y su gobierno sino los señores y sus hijos que cogen sus bolsas y se van. Nosotros lo que queremos decir es que son estas personas los que sufren en las guerras, por lo tanto lo que pedimos es la paz. Ahora hemos sufrido un atentado en Barcelona y estamos consternados, pero al mismo tiempo sabemos que el gobierno está vendiendo armas a Dubai que son los que nutren a los yihadistas, así que hay que acabar con estas contradicciones.

--¿Cómo es trabajar con Fernando Ramos?

--Fernando para mí tiene dos vertientes, una es la de productor, que me facilita todo, y además es actor, y muy trabajador. Le dije que este Viriato tenía que ser distinto al que se representó en 2005 y hemos trabajado mucho.

--Fue director varios años de este festival, ¿cómo lo ve ahora?

--El festival solo tiene un problema, lo ha tenido siempre y no es culpa de Jesús Cimarro ni de quien esté en la dirección. El problema es de patronato porque las directrices que se le dan a un director para hacer un festival este patronato no las tiene claras y no saben qué quieren. Al señor Cimarro se le exige resultados de público y esos resultados no es que sean magníficos es que son lo siguiente y además se está expandiendo por todos lados. La única crítica que se le puede hacer a Cimarro, si es que se puede, es el tipo de festival que quiere pero eso no es su competencia eso es competencia del patronato.

Conozco muy bien el tema y con los presupuestos actuales del festival de Mérida, si no fuera una compañía como la de Cimarro que domina los entresijos de las compañías y que conoce a todos, no se podría hacer este festival, eso que se lo quiten de la cabeza los políticos. El día que Cimarro diga que se va, se las van a ver y desear para que alguien pueda traer compañías con esos nombres y con calidad con esos presupuestos.

--Cierran el festival tras el éxito de ‘La comedia de las mentiras, ¿esto les beneficia o perjudica?

--Si esa misma comedia en vez de hacerla Pepón Nieto, María Barranco y los chicos anexos a ellos que eran famosos, la hubiéramos hecho con gente de aquí de Extremadura no hubiera sido lo mismo. Aquí conjugan dos cosas, comedia y famosos. El público mira qué obras vienen al festival de Mérida, cuáles son los famosos y cuál es la comedia. Si tienes famosos y es comedia te va a llenar el teatro seguro.