El actor argentino (Ceres, Santa Fe, 1981) estrena hoy, en Talavera la Real, ´Naturaleza rota´, un espectáculo de clown dirigido por su padre Gustavo Guirado

El padre dirige al hijo. Gustavo Guirado llegó hace quince días de Argentina, donde vive. Enseguida se reunió con su hijo José, instalado en Badajoz hace cuatro años, y llevan desde entonces trabajando ocho horas diarias para poder estrenar hoy en Talavera la Real Naturaleza rota , que protagoniza en solitario el joven Guirado. En escena, un clown construye muñecos que se le rebelan. El montaje es una coproducción de la compañía del clown argentino, Tuto Tul, y la extremeña Al Suroeste.

--Con cinco años ya acompañó a su padre en una gira.

--El trabajaba en el teatro independiente y me metió en esa gira, pero como un juego. Luego yo estudié, me volque en el deporte, ingresé en la universidad y aunque nunca me aparté del teatro porque hice talleres, hasta que no tuve 21 años no me he dedicado a él.

--¿Qué ocurrió a esa edad?

--No sé. Sentí ganas de hacer teatro. Aunque no tenía claro qué clase de actor iba a ser, estaba volcado en un teatro independiente, basado en textos. Luego experimenté con el circo y de repente se me abrió otro mundo, el del clown. Fue un flechazo. Era como volver a jugar, volver a ser niño, y la práctica del circo me conectaba, además, con el deporte.

--Y en Extremadura descansó.

--Por culpa de otro flechazo, esta vez amoroso. Vivo en Badajoz hace cuatro años. Había venido en el 2004 con una compañía, con la que recorrí la península, y dos años después regresé. Entonces se produjo ese otro flechazo y no hubo nada que hacer. Además estaba buscando parar un poco después de años de viajes de Argentina a España y otros países de Europa. Y quién me iba a decir que lo haría este lugar tan remoto.

-- Naturaleza rota es su cuarto espectáculo.

--Es un homenaje a todos los rotos: a los gordos, a los flacos, a los que tienen discapacidad, a los que les falta el amor, a los desgraciados..., pero con un tono de humor y magia.

--Procede de un país convulso.

--Muy convulso, diría yo. Como otros países, es muy desigual y esa desigualdad se va agrandando. Para los artistas es muy duro. Tenemos algunos excelentes que viven de otras ocupaciones.

--Dicen que en Argentina trabajan los mejores actores del mundo.

--Bueno, no sé. Lo que sí es cierto es que hay un tipo de teatro único en el mundo, estudiado por franceses, alemanes.... Es un teatro vivo, donde la principal herramienta es el actor.

--¿Qué tal soportan la risa allá?

--El público es parecido al español. Donde es distinto es en Bélgica, en Holanda o en Alemania. Se ríen menos, son más silenciosos. Disfrutan, pero es su carácter.