Tres años y medio después de publicar esa apología de la insumisión que es Manual de infractores , José Manuel Caballero Bonald vuelve a la poesía con La noche no tiene paredes , un libro en el que el autor se sumerge en "el abismo de la memoria" y reivindica la necesidad de dudar.

"El que no tiene dudas, el que está seguro de todo, es lo más parecido que hay a un imbécil", afirma Caballero Bonald en una entrevista, en la que desgrana las claves de su nuevo poemario, que llega hoy a las librerías editado por Seix Barral y que él considera "una suma de últimas voluntades".

Son 103 poemas impregnados de sabiduría, de incertidumbres y preguntas sin respuestas, de recuerdos de épocas pretéritas y mañanas aún sin escribir, y de tentaciones de "desandar el tiempo cuando ya no subsisten/ sino tercas opciones a rescindir la vida", como dice en uno de sus versos.

El libro "es una consecuencia" de Manual de infractores , galardonado con el Premio Nacional de Poesía, aunque "dispone de una mayor variedad argumental". Pero su intención es "muy parecida" a la de aquel poemario: "la búsqueda del límite de las palabras como método para encontrar la propia identidad, alguna respuesta definitiva a quien yo soy, algo así de grandilocuente", señala Caballero Bonald (Jerez, Cádiz, 1926).

Y como en todos sus poemarios, en el nuevo ha procurado también que las palabras "digan más de lo que significan en el diccionario" y le sirvan para "librarse de las obsesiones y fijaciones mentales. "La poesía es como un hilo de Ariadna; tienes que buscar un método para salir del laberinto", añade.