Como un western, ´El secreto de sus ojos´ es la historia de una venganza. Y como en una película de Hollywood, no escapa a la regla que obliga a contar una historia de amor (de un amor que pudo ser y no fue). De este modo, da un poco igual que sea una película argentina y que recurra a la historia de ese país. Podría haber sido la historia española (la guerra civil), la historia francesa (la Resistencia) o la estadounidense (la guerra de Secesión). Aun así, se comprende poco que los premios Goya la hayan elegido como una de las favoritas en el grupo de producciones españolas del pasado año. Es claro que no es una película española, aunque haya dinero español en ella (la misma cuestión se plantea con ´Agora´: ¿qué es lo español de esta película (lo español en el sentido en que lo son, por ejemplo, ´El verdugo´ o ´Furtivos)? Bien, sociologías aparte, ´El secreto de sus ojos´ es una de esas obras del, como dice el crítico literario Frank Wood en ´Los mecanismos de la ficción´, ´realismo comercial´. Uno disfruta sin gran pasión de la peripecia intrigante (un crimen sin resolver), la amorosa (siempre funcionan esos amores sugeridos, que no llegan a pronunciarse y uno deja correr) y la histórica (el ominoso pasado torturador de la dictadura militar).