Ana María Pérez Jaramillo se despide hoy de la Joven Orquesta de Extremadura (Joex). Y lo hace con una intervención que es una recompensa a largos años de trabajo y estudio: como solista de la Suite número dos para flauta y orquesta de Juan Sebastián Bach, que ofrece la formación en el Gran Teatro de Cáceres, un privilegio entre sus integrantes al que pocos han accedido.

Nacida en Almendralejo en 1983, allí hizo sus primeros estudios alentada por sus padres, que cantan en el Coro de la Orquesta de Extremadura. Posteriormente ingresó en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y realizó un master de interpretación en orquesta en Suecia. Actualmente es profesora de la escuela Picolo y Saxo en La Rioja.

"Desde que entré en el conservatorio me gustó la flauta y decidí que ese sería mi instrumento", afirma. "Me gustó su timbre dulce, la forma de tocarla. Su sonido es lo más cercano a la voz humana". Ella forma parte, desde el 2004, de la primera generación de intérpretes de la Joex. "En ella he aprendido y compartido experiencias. Y descubrí la finalidad de la música, que es disfrutar. Así que estoy orgullosa de ver los resultados del trabajo que uno hace".

Desde finales de agosto anda metida en la pieza que interpreta en el concierto de hoy en Cáceres. "Tienes que aprenderte las notas, y dedicar a ello una o dos horas diarias; escuchar otras versiones y finalmente definir tu criterio". Aunque se la sabe de memoria no se separa de la partitura durante la interpretación. "No me siento todavía con seguridad como para prescindir de ella".

Como otros compañeros de orquesta, Ana Pérez también ha formado un grupo propio, un dúo con el guitarrista Adrián Calvo, al que conoció en el conservatorio de Madrid. Pensando en grabar un disco el próximo año, manejan un repertorio que salta sin problemas del barroco a lo contemporáneo.