Dar patadas al balón cansa, y hacerlo durante todo el año sin interrupción todavía más. Por eso, muchos jugadores han huido de las ciudades, de los campos de juego, de las botas y las vendas, de los seguidores y, solo los que pueden, de los medios de comunicación. Y lo han hecho para desembarcar en paraísos cercanos de arena y sal, los que se esconden en las siempre populares Islas Baleares.

Es el caso de tres madridistas que se han escapado del mundanal ruido para visitar el archipiélago de las Pitiusas. Iker Casillas y Raúl han regresado de un Mundial que les ha salido rana y para olvidarlo, han decidido pasar en familia estos días de relax. Al portero se le ha visto pasear por Menorca con la siempre bella Eva González, que fue elegida como la novia de futbolista más guapa del Mundial según el diario alemán Die Welt . Después de haber sido Miss España en el 2003, la sevillana está acostumbrada a liderar rankings de belleza y a ser objetivo de cámaras.

También en Menorca ahoga las penas mundialistas el capitán de la selección Raúl González que, con cuatro niños pequeños a los que vigilar, tiene menos tiempo para pensar que el guardameta. A él también le acompaña su mujer, Mamen Sanz, que, tras haber dado a luz a los gemelos hace ocho meses, se mantiene en plena forma.

Y muy acaramelados aparecieron Guti y Arantxa de Benito en una playa de Ibiza. Ellos prefieren el paraíso hippy de los años 60, esa isla que tiene fama de ser lugar de fiesta y desenfreno. Por eso, tienen ya una casita allí a la que se escapan de vez en cuando solos o con sus dos niños, Aitor y Zaira. Esta vez Ibiza fue el escenario perfecto para una reconciliación que se hacía esperar desde hacía meses, después de que el pasado octubre el jugador y la presentadora se hubieran dado un tiempo "para reflexionar".

De un poco más lejos pero igual de bien acompañado llegó a las Baleares Cristian Vieri, que ya ha confirmado su fichaje por la Sampdoria italiana. Mientras sus compañeros del calcio se alzaban el domingo con la Copa del Mundo en Berlín, él se relajaba en Formentera. Le acompañaba otra belleza, Melissa Satta.

Pronto los jugadores tendrán que volver a la ciudad y a los campos. Pero después de tanto sol y tanto arrumaco, el regreso a la rutina se presenta demasiado duro, demasiado oscuro.