Qué será de Els Joglars dentro de 25 años? ¿Cómo serán sus actores y su director, Albert Boadella? ¿Qué percepción tendrán del mundo que les rodea? La compañía teatral ha jugado con el tiempo en su último espectáculo y ha viajado hasta el 2036 para aventurar la respuesta a éstas y otras incógnitas.

2036 Omena-G (estrenado en Sevilla el pasado febrero) es el título de esta producción, que Els Joglars representa hoy (21.00 horas) en el teatro López de Ayala dentro de la 33 edición del Festival de Teatro de Badajoz, del que ya son "habituales", como reconoció ayer Ramón Fontseré, uno de los actores, en la presentación de la obra. Con este espectáculo se han iniciado los actos que conmemorarán los 50 años de la compañía (los cumple en el 2011), lo que la ha convertido en el grupo privado más longevo de España y de Europa.

Por primera vez, los actores de Els Joglars se interpretan a sí mismos en el escenario. En su retrato imaginario se aplican el mismo sarcasmo con el que han abordado otros personajes y temas en anteriores producciones.

Año 2036. Una entidad bancaria y un grupo de empresas deciden patrocinar un homenaje a la compañía por su 75 aniversario. Dos jóvenes artistas de moda son los encargados de conducir el espectáculo, frente a unos "viejos" en el ocaso de sus carreras, que a pesar de ello mantienen destellos de dignidad e ingenio.

Y es que los miembros de Els Joglars se presentan en este montaje como una especie de "antihéroes" que viven una vejez "digna" y no han sucumbido a la "moda joven" que, en opinión de Fontseré, lleva a las personas mayores que antes eran sabios a quienes pedir consejos a menoscabar su dignidad en busca de una juventud que pretenden emular con "pantalón corto, gorra y camisa floreada".

En 2036 Omena-G el público encontrará un espectáculo irónico, cruel, sarcástico y con "mala uva", pero también tierno y divertido. Ocho actores y una escenografía "sencilla" trasladarán al espectador a la sociedad del futuro que Ramón Fontseré aventura "blandengue", llena de prohibiciones y en la que fumar podrá llevarte "a Guantánamo", y para ver una corrida de toros habrá que ir a Japón o al sur de Francia.

En cada visita de Els Joglars a Badajoz se ha puesto de manifiesto la buena sintonía que existe entre la compañía y el público pacense. De hecho, ayer el aforo para esta representación estaba casi completo y quedaban "muy pocas entradas" por vender, según fuentes del López.