La actriz y escritora británica Emma Thompson, ganadora de dos Óscar por su trabajo en ambos terrenos -uno, como mejor actriz y otro, por un guión adaptado- ha dejado un mensaje a Pedro Almodóvar tras su breve paso por Madrid para apoyar una campaña contra la prostitución: quiere ser una chica Almodóvar."He rogado a Pedro Almodóvar que me contrate y él dice siempre que sí, que sí, que sí, pero nunca me llama, siempre me da largas, así que si alguien tiene algún tipo de influencia pido por favor que la ejerza", bromea seriamente la actriz en una entrevista.

Almodóvar, dice Thompson, es uno de los mejores directores del mundo y ella siempre ha querido trabajar con él: "dice que puede hacer una película sobre una inglesa loca que vive en España, pero nunca lo hace, así que tendré que venir a Madrid y amenazarle, y si las palabras amables no funcionan, emplearé la violencia", sigue la broma.

Campaña de solidaridad

La actriz solo ha estado un día en Madrid, lo suficiente para dejar tras de sí un reguero de solidaridad: tras su colaboración con una ONG de defensa de los Derechos Humanos asegura que hay que "redefinirlos y protegerlos". "Como ciudadana respondo de forma artística, porque ese es mi mundo, contando una historia de una forma muy especial", en su caso, la presentación de la exposición Journey (Viaje) donde Thompson, en un brutal vídeo, se convierte en Helena, una mujer obligada a tener relaciones con cuarenta hombres cada día, para denunciar el tráfico de mujeres explotadas sexualmente, junto a la ministra de Igualdad, Bibiana Aido.

Es una sorpresa agradable para Thompson saber que el Gobierno español es paritario, aunque cuestiona más la denominada "discriminación positiva": ¿Qué hacemos, por ejemplo, si una mujer hace una película horrorosa con una subvención? Sería un desastre, dice, pero opina que esas medidas "son necesarias y hacerlo con una ley es a veces la única forma de lograr una igualdad".

No le interesa internet

Compañera de actorazos como Dustin Hoffman, Anthony Hopkins, o Daniel Day Lewis, afirma que le gusta observar a los jóvenes actores que son "brillantes" porque "si son buenos, son emocionalmente muy muy complejos".Se ríe al preguntarle si está en alguna red social: "Antes me haría la cirugía estética", asegura, y aunque reconoce que su relación con Internet no es muy buena, sí le interesa, siquiera porque es madre: "hablan y viven en un mundo del que no soy parte, donde no se implican cara a cara con la gente".

"Creo que es buena pero que tiene que ser utilizada con mucho cuidado, como todos los avances tecnológicos, porque es totalmente incontrolable, lleva un enorme peligro añadido", ha señalado la actriz, quien fantasea con la posibilidad de que internet sólo sea el primer paso para una comunicación telepática, "cerebro a cerebro", mucho más intensa y verdadera entre las personas.