Promete y no defrauda. Rafael Alvarez, El Brujo , estrenó anoche sobre las tablas del Teatro Romano La odisea , una adaptación propia del texto de Homero que él mismo interpreta y dirige en una línea de trabajo que sigue el estilo propio de un actor solista, peculiar, como los antiguos juglares y que determina actualmente su carrera profesional.

El creador de espectáculos unipersonales como Mujeres de Shakespeare o El testigo protagonizó un espectáculo que, entre continuos guiños a la actualidad y pinceladas de humor, exprime toda esa sabiduría que esconden los textos clásicos. El cuarto montaje del Festival Internacional de Teatro de Mérida, a excepción de lunes y martes, ocupará las noches emeritenses hasta el próximo día 12 de agosto.

A través de un juego de luces, los 63 metros del escenario romano quedan supeditados a un tablado móvil situado en mitad de la orquesta. En la puesta en escena impera el color blanco y azul y el artista se muestra hiperactivo mientras hila, con ingenio, las peripecias que le suceden a Ulises durante su regreso a la isla de Itaca. Una arena en tono azul intenso que parecía purpurina en función de la iluminación, armonía con los matices celestes de cinco grandes conchas que presiden la parte frontal, junto a dos elevadas en pedestales y tres del escenario superior, metaforizando el mar.

En medio de este paisaje aparece el actor, ataviado con un uniforme negro, muestra de la rebeldía que caracteriza al joven Ulises, con ornamentos en color rojo. Haciendo las veces del aedo, poeta que cantaba epopeyas, encauza el relato hacia el talento de Atenea, patrona de la democracia, por su suficiencia para transformar el instinto primario que lleva al hombre a ser violento en una fuerza civilizadora que conduce a la paz. Pero sin perder de vista al verdadero protagonista, Ulises. El Brujo relata cómo el marido de Penélope es capaz de equilibrar ese lado oscuro que reluce cada vez que toma la espada, con un lado tierno, propio de la luz. El reconocimiento de esta oposición de fuerzas es la clave para alcanzar la catarsis y el elemento que convierte al rey de Itaca en héroe.

IMPACTO DE LA MUSICA Las melodías que desprende la percusión de Daniel Suárez Sena y Mauricio Loseto, y el piano de Javier Alejano, difunden unas notas típicas de Oriente, Turquía, Bizancio y la India que hacen aún más impactante la narración del artista.

La adaptación está elaborada a partir del análisis de varias traducciones de La odisea , con especial influencia de la firmada por Carlos García Gual y en la que se cuelan personajes públicos de la actualidad: una muestra más del talento del actor para trabajar en solitario.