Hay tortas por el título de fan número uno de Punset. No fueron pocos los seguidores del divulgador que ayer se le acercaron en la Feria del Libro de Madrid con esa tarjeta de presentación en la boca y un ejemplar suyo bajo el brazo para que se lo dedicase. Las firmas de libros ofrecen al lector la ocasión de mirar cara a cara al autor que adora. En el caso de Punset, la adoración se adentra en la devoción.

Entre declaraciones de amor, elogios a su sabiduría y piropos a su voz, Punset pudo salir ayer de la feria con el ego como un zepelín, siempre que su ego consuma este tipo de combustible.

"Le envidio, porque yo no envidio al que tiene dinero, sino al que sabe", le soltó la sexagenaria Teresa. "Usted no lo sabe, pero ha hecho de mí una persona más responsable", le contó Pepe. La veinteañera Carmen lo tenía claro, y así se lo dijo: "Es mi amor platónico". "Ya no es lo que dice, es cómo lo dice, con esa serenidad", apuntaba María.

Con una paciencia rayana en la santidad, Punset recibía a sus seguidores con un "¿Y tú en qué universo estás?", y se interesaba por sus vidas como un confesor. Paqui y Jose, de Canarias, estaban de viaje de bodas. "Ah, es fantástico, es lo mismo que hicieron dos bacterias hace millones de años", les apostillaba el autor. Miguel quería el libro dedicado para su hija Sofía, que nacerá en agosto. Se lo llevó firmado, junto a un par de consejos sobre educación emocional.