Para este fin de semana, nuestra propuesta viaja por las catedrales de Extremadura, obras magníficas que son una referencia no sólo religiosa, sino cultural, arquitectónica y artística. De cara a las próximas fiestas navideñas serán el eje de la celebración de actos religiosos y festivos. Ahora vamos a fijarnos en la riqueza de sus construcciones y de su interior, además de las ciudades donde se ubican, una mirada pausada para admirar parte de nuestro rico patrimonio.

Santa María de Plasencia

Desde el siglo XV, la ciudad de Plasencia acogería a lo más renombrado de la nobleza extremeña, quienes dejarán después de siglos uno de los patrimonios histórico artísticos más importante del oeste peninsular español.

Entre los edificios principales destaca la Catedral de Santa María, que son en realidad dos catedrales unidas: Catedral Vieja y la Catedral Nueva. La Vieja es de época de transición del románico al gótico. Tiene tres naves y cuatro tramos con bóveda de crucería, que comenzaría a construirse en el siglo XIII. La Catedral Nueva está unida al edificio románico longitudinalmente, con dos impresionantes fachadas renacentistas de estilo plateresco: la principal es obra de Gil de Hontañón, terminada en 1558, y la del Enlosado, fechada entre 1538 y 1548, es obra atribuible a Diego de Siloé.

El nuevo templo catedralicio se inauguró en día del Corpus del año 1578. Del rico contenido artístico que posee este templo extremeño destacan el sorprendente retablo mayor, con magníficas esculturas de Gregorio Fernández caso del grupo de la Asunción. La Virgen del Sagrario, en madera, está fechada en el siglo XIII. Junto al altar mayor se encuentra el sepulcro renacentista del obispo Pedro Ponce de León, amigo y consejero del rey Felipe II.

Impresionante es el coro con una auténtica obra maestra, la sillería del maestro Rodrigo Alemán, donde abundan las escenas del Antiguo y Nuevo Testamento hechas en madera de nogal y en estilo gótico flamígero.

Su Museo Catedralicio guarda una estupenda colección de pinturas y esculturas de artistas españoles y flamencos, así como una serie de ornamentos religiosos y objetos de culto de gran valor histórico artístico de los siglos XV al XVII.

Fuera de la catedral aconsejamos su recorrido por el casco antiguo de Plasencia empezando por su plaza Mayor, edificada en el siglo XVI con estilo de transición del gótico al renacimiento. Fue centro neurálgico de la ciudad y donde tiene lugar el Martes Mayor, fiesta declarada de interés turístico. Junto a ella se encuentra el Palacio Municipal y la Cárcel Antigua.

Dejándose llevar por las calles y callejuelas que conforman el entramado urbano de esta ciudad medieval, Plasencia nos va a sorprender con palacios como los de Monroy, o de las Dos Torres, Mirabel, el de los Trejo y Vargas, Carvajal-Girón, la Casa del Deán o el conocido Palacio Episcopal.

Las principales iglesias de la ciudad son magníficos exponentes del arte religioso de época románica, renacentista y barroca destacando la de San Nicolás, San Martín, San Salvador o San Pedro.

Cuenta al igual con un Museo Etnográfico Textil Pérez Enciso considerado uno de los mejores de España.

Santa María de la Asunción de Coria

Coria es Conjunto Histórico Artístico de Interés Cultural, cuyo origen se remonta a época romana, conocida con el nombre de Caurium, de cuyo tiempo se conservan algunos lienzos de su antiguo amurallamiento.

En el interior de la ciudad guarda una importantísima Catedral de Santa María de la Asunción, de estilo gótico plateresco, cuyas obras se prolongaron desde finales del siglo XV hasta el siglo XVIII, dando lugar a la superposición de estilos. Los añadidos platerescos son de Pedro de Ybarra, mientras que el barroco lo podemos ver en la torre campanario diseñada por Manuel de Lara Churriguera. La catedral fue seriamente dañada en noviembre de 1755, por lo que han sido numerosos los esfuerzos por mantener esta obra impresionante.

Destaca el retablo mayor del siglo XVIII, con tallas de Alejandro Carnicero, así como los sepulcros episcopales de Jiménez de Préxamo por Diego Copín de Holanda y García de Galarza por Lucas Mitata. Es obligado citar el coro, con una sillería mudéjar de nogal de los siglos XV y XVI. Cierra el coro una verja protorrenacentista del siglo XVI.

Además, debemos subrayar la importancia de los retablos de las Reliquias y San Pedro de Alcántara, y la magnífica colección de pintura, escultura y orfebrería que tiene la catedral.

Siguiendo nuestro camino por Coria, vemos sus murallas romanas, construidas durante el Bajo Imperio Romano. Estas murallas presentan una planimetría irregular con sólidos muros de sillería, con potentes torres cuadradas que rodean su perímetro al que se accede por sus cuatro puertas, puerta de la Guía, es la que menos modificaciones ha sufrido desde su construcción romana, la puerta de San Francisco, es paso habitual para acceder al castillo y a la zona de intramuros, la puerta del Sol, originariamente romana, y la puerta Nueva, reformada y de origen romano.

Importante es el castillo de los duques de Alba, obrado por el arquitecto Juan Carrera, que fue mandado edificar por los duques de Alba. Su aspecto corresponde al tipo de fortaleza y castillo señorial de los últimos años de la Edad Media, con una torre del homenaje de planta pentagonal. Esta torre de tres plantas está cubierta la última de ellas con bóvedas de crucería, observándose las armas de los duques de Alba.

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