Han vendido 2,7 millones de ejemplares de los tres discos anteriores. En la última gira hicieron hasta 70 actuaciones, con llenos cada noche. Han ganado dinero. Mucho. Y ahí siguen, fieles a sus gustos, a su gente y a sí mismos. Podrían tener casa en Miami, pero prefieren seguir en el Baix Llobregat y pasar el verano entre Cunit y Zarza Capilla (Badajoz), de donde son sus padres, como han hecho toda la vida.

Y con esa misma naturalidad Estopa graba sus discos. La primera fase transcurre en el salón de David. Cuando tienen suficientes canciones, se trasladan a una minúscula habitación en la segunda planta del chalet de sus padres. Allí está Estopa Producciones, su estudio de bolsillo.

Con la ayuda del Pro Tools (un software para graba), de un ingeniero de sonido y un teclado cno las notas señaladas con papelitos, los Muñoz completan las maquetas. Para grabar las bases y mezclar se van a Madrid, pero las voces las ponen en un estudio de Llobregat. "A dos minutos andando desde casa --apunta David--. Te levantas por la mañana y en vez de ir al bar, vas al estudio. Como la cosa más normal del mundo. Sin rollos raros".