La divertida y polifacética Eva Hache protagoniza en el Teatre Condal con 'Los vecinos de arriba', versión castellana de 'Els veïns de dalt', comedia de Cesc Gay estrenada en el Romea hace dos años. Junto a ella actúan María Lanau, Andreu Tarbet y Josep Julien. Será su debut teatral en Barcelona, donde hasta ahora solo había subido a escena como monologuista.

¿Cómo le llegó la propuesta? Me sorprendió gratamente la llamada de Cesc Gay, autor y director de la obra. Yo le había conocido en el estreno en Madrid de la versión castellana y me encantaba el papel de Candela Peña, que desde hace meses interpreto yo.

¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar a sus órdenes? Maravillosa. Gracias a Cesc Gay he aprendido mucho: ahora solo quiero trabajar con buenos directores. Cesc me gusta porque no tiene pelos en la lengua. Sabe qué quiere y también pedirlo con soltura y claridad. Gracias a ello el proceso de ensayos ha sido rápido e intenso.

¿Se identifica con el personaje? Para nada. Está en el polo opuesto de lo que soy yo. ¡Por eso me encanta! Nunca he sido una persona recatada, que lo pasa mal ante los demás, como la mujer que interpreto. Entiendo que el personaje provoque tanta risa. Es como un clown, un acicate para el público. Yo, en realidad, soy más como mi marido en la obra: soy una persona con un humor muy ácido y sardónico.

¿Ha tenido alguna vez vecinos como los de la obra, de esos cuya vida sexual atraviesa las paredes? Por suerte he vivido en casas bastante tranquilas o muros aislados. Pero una vez, en una finca donde había bastantes despachos, de repente empezamos a notar que el vecino de arriba, que era un hombre mayor, empezaba a tener una actividad sexual clamorosa.

¿Cómo reaccionaron? Optamos por callar. En esa época no teníamos que madrugar y tampoco teníamos hijos, algo importante porque si los tienes has de darles explicaciones... Lo cierto es que, como nos parecía todo tan inverosímil, cuando le veíamos en la escalera teníamos más ganas de aplaudirle que de otra cosa.

Debió aprender algo como terapeuta emocional a través de su programa 'Web Therapy'. Más allá de la risa, ¿podría recomendar algo para aliviar la situación actual en Cataluña? Difícil dar con una terapia general que pueda aplicarse a todos los ciudadanos por igual. Yo, que soy de no prohibir nada, recomiendo quitar el poder a los políticos cuando se ha demostrado que son delincuentes. Lo mejor que se puede hacer son elecciones anticipadas.

¿Más votaciones? Cuando haya gente honesta se podrá hablar de temas realmente importantes. Esto que estamos viendo actualmente es una guerra de poder más cercana al 'Sálvame' que a la política.

¿Cómo ha notado Barcelona? Diferente, más triste. Yo he pasado temporadas viviendo en Cataluña y no me gusta lo que veo por culpa de un proceso que está siendo demasiado complicado y cardíaco. Deberíamos estar dispuestos a cambiar las leyes para poder convivir. Lo digo aquí y en Madrid.

¿Qué hará cuando terminen las funciones en el Condal? Dentro de tres semanas volveré a casa para estar con mi familia. Tengo ganas de estar con ellos tras meses con esta obra y una gira que es un no parar.

Y, ¿profesionalmente? Estoy preparando una serie para televisión con una guionista. Ya veremos si la protagonizaré.