Fito y Marea fueron los dos pilares que sustentaron el cartel de Extremúsika la noche del viernes. Dos reclamos que congregaron a unas 8.000 personas en el hípico. La expectación del público iba en aumento a medida que se sucedían desde las ocho de la tarde los directos de los emeritenses de Sinkope, Albertucho, Despistaos y Poncho-K.

Y justo a medianoche llegó Fito con sus Fitipaldis, conjunto que hace tiempo dejó de ser minoritario y que consiguió que todo el hípico coreara sus canciones cuyas letras conocían al dedillo. Tras cerca de hora y media tocando, pasó el testigo a Marea. "Ahora vienen los más cañeros", decía un incondicional de esta banda. Pero al vocalista le falló su principal instrumento, las cuerdas vocales, y tuvo que ser sustituido en varios temas por el bajista. Así, El Piña tuvo su presentación estelar en Cáceres ya que al final del concierto el que hasta ahora había sido la voz de las letras reivindicativas de Marea, anunció que esta sería su última gira con el grupo.

Extremúsika fue un éxito. Cuando Fito llegó a la mitad de su concierto --aún quedaban unas tres horas para que terminara el festival--, el hielo se había agotado en los cuatro chiringuitos instalados en el recinto.