Este jueves falleció el actor puertorriqueño Miguel Ferrer a los 61 años tras perder su lucha contra un cáncer de garganta. Ferrer, primo de George Clooney, fue secundario en numerosas series y películas y se convirtió en uno de los rostros más populares de la década de los 80 y 90. Entre sus papeles más recordados, el oficial de la U.S.S. Excelsior de Star Trek III: la búsqueda de Spock, el histriónico Bob Morton de la primera película de Robocop y el cínico e insensible agente Albert Rosenfield de la inquietante Twin Peaks.

Nacido en Santa Mónica, California, Ferrer encarnó desde 2012 al agente Owen Granger en la serie NCIS: Los Ángeles, para estaba previsto eliminar su personaje en la octava temporada debido a su frágil estado de salud. Uno de los responsables de la serie, R. Scott Gemmill, se ha despedido del actor con un comunicado: «Miguel era un hombre con un tremendo talento, con una poderosa presencia dramática en la pantalla, un malvado sentido del humor y un enorme corazón. Nuestros pensamientos están con su esposa Lori, con sus hijos y toda su familia. Se le echará mucho de menos».

A Ferrer se le recuerda, asimismo, por su labor en series como Shannon’s deal, Broken badges, Bionic woman y Desperate housewives, y por prestar su voz a películas y series animadas como Mulan, Superman: The animated, o Robot chicken. Numerosos mensajes en las redes sociales recuerdan la figura de este actor de reparto, que se despedirá de sus seguidores en de mayo, cuando vuelva a la gran pantalla para interpretar al forense Rosenfield en el revival de Twin Peaks que emitirá Movistar+.