El actor Fernando Tejero cambia de registro en "El club de los suicidas", una comedia negra de Roberto Santiago en la que el popular actor da vida a un dramático personaje y que, inspirada en el relato homónimo de Robert L. Stevenson, llegará a los cines este viernes. Después de trabajar juntos en "El penalti más largo del mundo", Fernando Tejero sufrió "una historia de desamor que Roberto vivió muy de cerca", y que le hizo llegar a pensar -sin plantearse nunca el suicidio- "si la vida merecía la pena sin tener al lado a la persona que quería".

Esta angustia vital de Tejero (muy popular por trabajos como "Días de fútbol", "Los lunes al sol" y la serie televisiva "Aquí no hay quién viva") sirvió de inspiración a Roberto Santiago para crear a Antonio, el protagonista de "El club de los suicidas". Con esta cinta, el director "desnuda el alma" de Tejero, quien en esta ocasión se aleja de la comedia para interpretar un papel puramente dramático, a veces desgarrado; ha sido un trabajo con el que ha disfrutado porque se considera "mejor actor de drama que de comedia", pero con el que también ha llorado mucho durante las horas de rodaje.

Tejero interpreta a un suicida

Antonio es un conductor de ambulancias afincado en Madrid al que le abandona su esposa durante su luna de miel y que ingresa en un grupo de terapia tras intentar suicidarse. Después de la lectura del relato "El club de los suicidas" del escritor Robert L. Stevenson, Antonio decide imitar a los protagonistas del libro y organiza, junto con el resto de asistentes a la terapia, un club en el que el reparto de naipes decide, cada semana, que uno de los asistentes asesine a otro, cumpliéndose el deseo de morir que, en principio, tienen todos ellos.

El director -autor de la cinta "Hombres felices"- aseguró que el resto de personajes, interpretados por Lucía Jiménez, Clara Lago, Cristina Alcázar y Juanma Cifuentes, entre otros, no están inspirados en casos concretos, sino que surgieron, simplemente, de pensar "en situaciones que podrían llevar a una persona al suicidio". Fue después de crear las historias personales de cada uno cuando descubrió que todos ellos tenían una cosa en común: se encontraban "tremendamente solos".

Roberto Santiago leyó el relato de Stevenson hace cinco años y decidió adaptarlo a un thriller, aunque, cuando se unieron al proyecto los guionistas Juan Vicente Pozuelo y Curro Royo el largometraje se convirtió en una comedia negra. "Es delicado hacer una comedia con un tema tan serio como el suicidio", añadió el director, que después de documentarse sobre el tema y fuertemente influenciado por el film "Contraté un asesino a sueldo", del finlandés Aki Kaurismaki, decidió hablar sobre el suicidio "con la finalidad de hacer que el público se plantee preguntas y con una mirada de esperanza".

De la esperanza que ofrece la película hablaron el resto de actores asistentes a la presentación, como Juanma Cifuentes, quien destacó que durante el rodaje se vivieron "emociones muy fuertes", hasta el punto de que Joan Dalmau -quien realiza una breve aparición- "nos recordaba que aquello era una película, que no era nada personal", bromeó.

El director, que en su primer trabajo, el cortometraje "Ruleta", ya abordaba el tema del suicidio a través de un grupo de amas de casa que jugaban a la ruleta rusa, asegura que con esta película sólo pretende mostrar una visión optimista de la vida cotidiana, reirse "de todo lo que nos rodea" y "plantear preguntas".