El último concierto del año de la Joven Orquesta de Extremadura (Joex) lo es también para veinte de los músicos de esta formación fundada en 2004. "Cerramos un ciclo", afirma Miguel Romea, director de la orquesta. Esa veintena de intérpretes han cumplido 24 años, la edad el límite para permanecer en ella.

Pero sus carreras musicales ya están encarriladas. Con sus propios grupos o en conservatorios y escuelas donde imparten clases, como hace Ana Pérez, solista de flauta travesera, que interpreta una de las obras de los dos conciertos de la Joex en el palacio de congresos de Badajoz (ayer) y el Gran Teatro de Cáceres (hoy, 20.30).

A partir de febrero se convocarán nuevas plazas y una nueva generación de músicos tomará el relevo. Estos conciertos constituyen el colofón del tercer encuentro que ha mantenido este año la Joex. Este es su modo de crecer. Intensos ensayos durante una semana junto a profesores invitados y en pequeños grupos que permiten acelerar y ajustar el conocimiento de la música y de sus instrumentos.

EL MUNDO LABORAL "Para ellos es el modo que tienen de aprender: formarles en el repertorio sinfónico y que conozcan cómo se toca en una orquesta, algo que solo se adquiere con esta práctica", señala Miguel Romea.

Con este bagaje, los músicos extremeños han perdido el miedo a aspirar a orquestas mayores, a participar en audiciones, a demostrar sus capacidades.

"Antes les costaba mucho acceder al mundo laboral. El proyecto de esta orquesta ha cambiado la mentalidad de los jóvenes, que iban con miedo ante lo desconocido, que no sabían lo que se les iba a exigir".

Horas de trabajo "durísimo" explican esta transformación. Y Romea pone un ejemplo. Hace no mucho era imposible hallar algún músico extremeño en la Jonde (Joven Orquesta Nacional de España). Hoy participan en ella 14 intérpretes. "En proporción, somos la gran potencia".

Pero la Joex proporciona también oportunidades a otros estudiantes que no están integrados en ella. Así, mantiene contactos con los conservatorios de la región e incorporan a algunos de sus estudiantes a estos encuentros anuales. "Para ellos es una lanzadera profesional".

RENOVACION Miguel Romea es entusiasta. La semana pasada dirigía la nueva orquesta de cámara Extremart, se ha incorporado al proyecto de dar nueva vida a Verum, una orquesta con años a sus espaldas en la localidad castellano-manchega de Tomelloso... "Bueno --matiza--, yo sería una excepción en este mundo, porque aquí se funciona con mucha fluidez" y uno puede saltar de una orquesta a otra como director invitado.

Romea (nacido en Madrid) tiene mando en plaza solo en dos formaciones, pero destaca especialmente el proyecto de Extremart, uno de esos frutos de la renovación musical de la comunidad autónoma. "Constituyen la primera generación de intérpretes de la Joex, que se han convertido en profesionales muy buenos, que vuelcan su trabajo en su tierra. Y a mí me hicieron la propuesta y me sume a ellos. El nivel de estos chicos ha subido una barbaridad".

¿Y ha respondido el público a esta decidida apuesta por la música clásica en la región? "Es algo que necesita tiempo. Pero es cierto que el conocimiento y disfrute de la Orquesta de Extremadura (Oex) ha aumentado en los últimos diez años". La Joex tuvo otro planteamiento. "Nos aprovechamos del público de la Oex, lo que nos permitía exigirnos unos niveles que ya había alcanzado aquella formación". Pero a la vez salió a la busca del público joven, especialmente aquel que se forma actualmente en los conservatorios.

"Queremos ser un modelo de referencia que atraiga a otros jóvenes extremeños porque aquí encuentren acicates, motivacio-