Morgan Freeman nos hacía creer en la bondad inherente del ser humano en esta especie de remake cristiano (y menos sucinto) de Fuga de Alcatraz. Aunque apreciada por la crítica y nominada a siete Oscar, en su momento no fue un gran éxito de taquilla: su clasicismo perdió frente a la frescura posmoderna de Tarantino y su Pulp fiction. Frank Darabont, futuro creador de la serie The walking dead, siguió adaptando a King con resultados buenos, como en La niebla, y algunos no tan buenos, como La milla verde.