La Fundació Antoni T pies llega a su XV aniversario con una línea museística consolidada y el proyecto de incrementar las prácticas artísticas que prefieren la profundidad a la espectacularidad. Entrada libre, visitas guiadas y diversas actividades para públicos diversos, como un concurso infantil para pintar el cartel del aniversario, servirán para celebrar la onomástica el próximo fin de semana.

El centro se fundó a raíz del interés que tenían el pintor Antoni T pies y su mujer, Teresa Barba, en preservar el fondo de obras que habían ido conservando. En 1984 se interesaron por el edificio de la editorial Montaner y Simón, obra del arquitecto modernista Lluís Dom¨nech Montaner, que el Ayuntamiento de Barcelona compró y rehabilitó como sede de la fundación, que se inauguró en junio de 1990.

"Estaba claro que la fundación no quería ser un museo clásico ni una torre de marfil para el artista fundador, sino un lugar para estimular la creatividad y la crítica", explica Miquel T pies, director del centro.

Durante estos años, la T pies ha tenido dos responsables de programas. El primero, Manuel de Borja-Villel, pasó a dirigir el Macba (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona) y fue sustituido en 1998 por Nuria Enguita. "La fundación ha trabajado en temas artísticos de manera muy amplia, creando un marco de expresión para las manifestaciones no canónicas", afirma.

En general, como señala Enguita, se ha dado visibilidad a artistas muy alejados del circuito comercial, pero cuyo discurso interesa y está muy próximo a los problemas políticos y sociales de la contemporaneidad. Pero la línea que ha dado carácter propio al centro ha sido estimular el debate de las ideas mediante proyectos a medio y largo plazo articulados con otros centros europeos del mismo corte.