Una multitud de personalidades del mundo del espectáculo y ciudadanos anónimos quisieron dar ayer en Madrid un postrero adiós a Rocío Jurado dos semanas después de su muerte. El funeral congregó en la catedral de la Almudena a numerosos familiares, amigos y seguidores de la tonadillera, en un encuentro con momentos emotivos.

A su llegada al templo, el viudo de Rocío, José Ortega Cano, --acompañado por su madre Juana, la hija mayor de Jurado, Rocío Carrasco, y el novio de esta, Fidel Albiac-- fue recibido entre aplausos. El torero agradeció el apoyo y acertó a decir: "Echo mucho de menos a mi mujer".

En la catedral les esperaba todo el clan Jurado y una colección de amigos de Rocío y su marido, como la modelo Remedios Cervantes; la presentadora Terelu Campos; los toreros Julio Aparicio, Jaime Ostos y Palomo Linares con su esposa, Marina Danko; el exsecretario de la cantante Juan de la Rosa; las cantantes Karina y Massiel; los humoristas Arévalo y Raúl Sender, y el médico que la trató los últimos días, Alejandro Domingo.

También hubo famosos profesionales como Belén Esteban y Marc Ostarcevic. Sara Montiel, que llegó tarde, dijo: "Rocío y yo nos apoyamos mucho porque las dos surgimos del pueblo".