El público del Festival de Teatro de Badajoz será esta noche víctima de un atentado terrorista . La Fura dels Baus tomará el teatro López de Ayala para convertir en rehenes a los espectadores, que vivirán durante una hora y cuarenta minutos la recreación de la experiencia que sufrieron hace seis años 900 personas en el teatro Dubrovka de Moscú. La diferencia con los dramáticos hechos del 2002 es que todos volverán a sus casas sanos y salvos.

Aunque esta compañía ha representado sus montajes en distintos espacios de la ciudad, ésta es la primera vez que actúa en el López de Ayala y lo hace con Boris Godunov , de Pushkin, que tiene como punto de partida el asalto por terroristas chechenos al teatro ruso Dubrovka durante una representación del musical Nord-Ost . Después de tres días de secuestro y negociaciones, la intervención de las fuerzas especiales rusas acabó con la vida de 130 rehenes y 41 asaltantes.

Los actores de La Fura esperaban ayer impacientes ver la reacción del público extremeño ante esta apuesta arriesgada que, según reconocieron, "ha generado polémicas porque el tema lo es y porque afecta en cualquier sitio del mundo". Sin embargo, la compañía quiso dejar claro que no pretende tomar partido. La Fura "es pacifista y contraria a cualquier violencia", según Pep Miras, uno de los actores.

Esta obra enfrenta al espectador a uno de los principales miedos contemporáneos: ser víctima de un atentado terrorista. El objetivo es provocar la reflexión sobre "cómo el terrorismo se extiende y llega al templo de los cómicos, el teatro".

Además, pretende hacerlo sin la participación directa del público, como acostumbra en sus montajes.

"No está planteado para asustar o mover al espectador de un lado a otro, aunque se interacciona con él desde el momento en que reflexiona. Le pedimos que imagine lo que allí pudo pasar, lo que supone ser un rehén", explicó Sara Losilla.

La reacción es distinta según la ciudad donde se ha representado, "por una cuestión de caracteres, de cultura teatral y climatológica", según Pep Miras, quien aseguró que "por las caras se nota que hay quien se lo cree más y quien se lo cree menos, pero acaban entrando todos".

La compañía utilizará todo el teatro, incluido el patio de butacas, "de la última pared del escenario hasta la calle". Además ha optado por "universalizar" y hacer un trabajo contemporáneo, por lo que no se menciona a ningún país, gobierno o grupo. "Podría pasar en cualquier sitio". La obra se representa hoy y mañana a las nueve de la noche.