En tiempos de crisis, mayor creatividad, resume el artista sevillano Paco Pérez Valencia. Para los pintores, los fotógrafos, escultores esta es su mejor temporada. De momentos de incertidumbre es de donde extraen conclusiones para dar un giro a sus obras, para replantear sus trayectorias, para ver lo que antes no eran capaces de ver. Solo se enfrentan a una dificultad. Sus obras no van tiempos de bonanza. Las galerías que los representan, la vía para dar salida a la producción más reciente, viven la crisis económica actual entre el pesimismo y cierta incertidumbre. Pero no se resignan.

En Extremadura, las tres galerías de arte reabren tras el verano con ligeras modificaciones en sus programaciones obligadas por los efectos de la depresión económica.

Ninguna en el caso de Angeles Baños, de Badajoz, que hoy viernes inaugura, tras el periodo veraniego, una muestra de Manuel Vilariño.

"No he notado la crisis", afirma Baños con realismo. Su proyecto de arte en una región como Extremadura que carece de coleccionismo y del hábito de acudir a las escasas galerías que hay abiertas subsiste sin pérdidas ni ganancias.

DE MODO MAS PESIMISTA María Llanos, que inaugura la temporada el 9 de octubre, después de acudir a Valencia Art, se mueve en la misma dirección. "De una forma u otra te afecta; pero yo me mantengo como hasta ahora"

Antonio Martín, de El Punto Rojo, que el martes presentó una muestra de Pérez de Valencia, se expresa de modo más pesimista. "Si seguimos así no sé si podremos resistir la falta de ventas".

Abierta este año, el proyecto de la galería aún no ha agotado sus plazos previstos para asentarse. Ahora entra en una segunda fase.

"Es pronto para consolidarnos y el mundo del arte es también caprichoso. Tienes que tener suerte y atinar".

Y aún con crisis, el espacio Belle Artes, que abrió su temporada con el cacereño Fermín Solís, inauguró ayer una retrospectiva de la pintora extremeña Abigail Narváez, junto a una muestra fotográfica del Premio Nacional de Fotografía Alberto García Alix exhibida en dos monitores de televisión.

EL TESTIMONIO DEL ARTISTA Paco Pérez Valencia vive su particular momento de crisis personal y profesional. Acaba de abandonar 15 años de actividad como crítico y programador en instituciones públicas y privadas (la última Espacio Escala, de Cajasol) y ha dado un giro a su trayectoria para dedicarse solo a pintar.

"He cumplido 40 años y me he replanteado lo que estaba haciendo. Pero no lo veo en un sentido negativo. Los cambios que estoy haciendo me hace sentir vivo".

El artista sevillano expone en la galería cacereña El Punto Rojo una serie de obras sobre papel que representan ese cambio: Morir al final de un día cualquiera .

¿Qué ocurrirá con las ventas ahora que se retraen las compras de arte?

"Nunca me he movido por ellas --afirma--. Solo por fidelidad a mí mismo. Y si vendo será un motivo de alegría. En estas crisis lo único que importa es la pieza, y si esta es buena y tiene posibilidades, nadie se acordará de ese momento crítico. La historia del arte demuestra que durante los periodos de crisis han surgido los movimientos más maravillosos que han existido".

Pérez Valencia apunta, sin embargo, un cambio en los compradores de arte, que también menciona Angeles Baños. Junto a los clientes habituales, hay otros esporádicos, jóvenes, que "además de comprarse un televisor de plasma o en lugar de comprarlo, deciden comprar arte".

"En Extremadura no hay coleccionismo --añade Baños. Pero sí jóvenes que cuando quieren decorar sus casas buscan algo distinto y adquieren arte".

La crisis ha obligado a las galerías ha replantear sus programaciones, a modificar las condiciones de ventas, a recortar gastos. Las ayudas que siguen recibiendo de la Consejería de Cultura y Turismo les permiten "resistir", afirma Antonio Martín.

María Llanos, que mantiene abierta su galería desde hace once años, las emplea en acudir a ferias de arte, aquellas en las que consigue sus mejores ventas (Valencia, adonde acude a principios de octubre, Lisboa o Santander).

"Las personas a las que les gusta el arte siguen comprando", afirma Llanos. "Otras, que compraban por cierto esnobismo, sí que han dejado de comprar".

La galerista cacereña reconoce que ahora da más facilidades en los pagos de las obras, ampliando los plazos. "Pero no hay que olvidar que el arte también es un refugio económico, y en este sentido es un valor en alza". Y aunque sus ventas hayan bajado un poco, no lo suficiente para hacerle desistir.

"Me mantengo", afirma. Eso sí, reconoce que la afluencia a la galería ha bajado. No es que las galerías extremeñas cuenten con el público masivo que acude a ver, por ejemplo, los Desastres de la guerra de Goya, expuestos estos días en Cáceres. "Pero veo que es reacia a entrar en espacios como estos". En el mismo sentido opina Antonio Martín. "Notamos cierta apatía". Eso sí, tanto ella Martín, han ampliado