Alberto García-Alix fue novio de Ana Curra en los 80. Junto a la teclista de Alaska y los Pegamoides conoció y formó parte de la Movida madrileña, un referente del que abomina por considerar que aquello no fue un movimiento cultural sino unos años de frivolidad. Ahora, el fotógrafo solo puede ver a la mayoría de los amigos de la época en los retratos que les tomó.

Muchos, como su hermano Willy, murieron por culpa de una relación con la heroína, que a él le ha dejado una grave cirrosis que lo tuvo al borde de la muerte. García-Alix, de 51 años, plasmó su lucha para salvar su hígado en la instalación

Tres vídeos tristes, expuesta desde ayer y hasta el 15 de mayo en el CCCB de Barcelona. El artista no acudió a inaugurar la muestra porque se encuentra en Colombia. En su lugar, Nicolás Combarro, fotógrafo de 28 años, introdujo a los presentes (José Montilla y Esperanza Aguirre, entre ellos) en la obra más introspectiva de García- Alix.

ULTIMO HOMENAJE "Los vídeos plasman las fases de su lucha contra la enfermedad. Se fue a París, para alejarse de Madrid, donde le asaltaban las tentaciones, y se sometió a un tratamiento muy duro", explicó ayer el comisario. Antes de dejar Madrid, García-Alix cerró su casa, regaló sus cosas y se dio un último homenaje. "Alberto utilizó el trabajo como terapia, empezó a escribir sobre lo que le sucedía y a hacer fotos. Luego, unió el texto con las imágenes en vídeo", añadió. El resultado son los tres que menciona el título, en los que el autor reflexiona sobre los acontecimientos que afrontaba en soledad.

Por su objetivo han desfilado personajes de la denostada Movida, de los poblados marginales del extrarradio madrileño y de la aristocracia.