Jordi Gracia ha dedicado muchos años a investigar el lado oscuro de la fuerza, es decir, las muchas y variadas formas de la intelectualidad bajo el franquismo, y prueba de ello fue La resistencia silenciosa que le valió el premio Anagrama de ensayo en el 2004.

Dionisio Ridruejo era uno de los habitantes de aquellas páginas. A los 20 años fue el más "fascista de los fascistas", poeta mediocre y autor de dos versos del Cara al sol, llamado a ser el heredero de Primo de Rivera, pero... capaz de darse cuenta de ese tremendo error y de trasladar su ideario, con la misma pasión con la que enarboló el fascismo, a los postulados socialdemócratas en los años 50. Fue uno de los máximos artífices del contubernio de Múnich y un gran conspirador para una democracia de la que no pudo disfrutar puesto que murió pocos meses antes que Franco.

La vida rescatada de Dionisio Ridruejo (Anagrama) trasmite la fascinación que Gracia ha sentido por la "integridad moral" de un personaje difícil e incómodo, "capaz de asumir sus culpas", y que ha querido trasmitir y recuperar del olvido y la exclusión como si se tratara de una novela.