Licenciado en Filología Hispánica y profesor de Lengua y Literatura, a Francisco Javier Amaya (Villalba de los Barros, 1980) el nombramiento como director de la Editora Regional y del Plan de Fomento de la Lectura de Extremadura, le ha llegado dos años después de lo esperado (cuando se presentó al proceso selectivo en el que fue el segundo clasificado) y en el momento profesional más dulce, cuando tenía «esa conexión perfecta» con sus alumnos de literatura. Aún abrumado por la repercusión de su designación tras la dimisión de Eduardo Moga, reconoce que tiene ganas de ponerse a trabajar.

?-¿Ha sido difícil dar el paso?

--Tuve muy poco tiempo para tomar la decisión y tuve que poner pros y contras en una balanza. Lo que más me costaba era imaginar el momento en el que tenía que hablar con mis alumnos. Eso me hizo dudar, pero al final pensé que si en 12 años como docente he comprobado que se puede acercar los libros a los lectores, en un público difícil como el adolescente, tenía que aceptar el reto de aplicar estas estrategias del fomento de la lectura a toda la sociedad extremeña.

-?¿Cómo afronta entonces su nuevo papel al frente de la Editora Regional y del Plan de Fomento de la Lectura?

--El primer objetivo es que hay que dar a conocer a los escritores extremeños dentro y fuera de la región, también a los escritores jóvenes que esperan; y para ello hay que tener muy claro el criterio, que no puede ser otro que la calidad literaria. Además tenemos que mejorar la distribución, que es uno de los caballos de batalla, en el que me consta que Eduardo [Moga, director de la Editora Regional hasta la semana pasada] trabajó intensamente. Hay que acercar el libro a todos los sectores de la sociedad.

?-¿Cómo?

--Tenemos que estar bien conectados con las bibliotecas, y mejorar la difusión de las estrategias del plan de fomento de la lectura y las publicaciones de la editora. Y tenemos que cuidar los 377 clubes de lectura que tenemos porque en ellos se encuentra un público potencial que actúa como dinamizador cultural de los pueblos en los que están. Además hay que unir de manera indisoluble lectura y jóvenes. Todos los estudios concluyen que los niños leen, y que se vuelve a acudir a las bibliotecas ya de adulto. Pero tenemos el reto de atrapar a los jóvenes y para eso hay que acercarse a ellos, saber cuales son sus intereses, sus inquietudes y los formatos en los que leen, por ejemplo los transmedia. También me parece intersante unir lectura e imagen, atrapar a los jóvenes a través de la poesía visual y desde la novela gráfica. Además hay que atrapar a los jóvenes como creadores de obras en las que se sientan reconocidos.

?-Según el último barómetro de hábitos de lectura, Extremadura tiene el porcentaje más bajo de lectores. Supongo que el dato le preocupa.

--Es cierto que los resultados del fomento de la lectura no son aún los esperados, pero me quedo con que las distancias se van reduciendo. Se va a hacer un esfuerzo extra en todas las estrategias que permitan acercar el libro y la cultura del libro a los lectores.

?-¿Alguna medida concreta?

Hace falta un plan director para que todas las instituciones trabajemos al unísono, apostando decididamente por los colectivos que miran con más desafección a la lectura, como jóvenes, personas con discapacidad intelectual... Tenemos que hacer ver a los lectores potenciales que los libros hablan de nosotros mismos.

-?¿Y cómo se puede fomentar que se lean los títulos de autores con menos tirón y medios promocionales?

--Ese va a ser uno de mis empeños en la Editora Regional. Tenemos que acercar los escritores extremeños a los centros escolares y a las bibliotecas públicas. Además, la Editora Regional tiene que recuperar la posición que tenía a nivel nacional en otro tiempo y para eso tenemos que estar en las principales ferias del libro nacionales, mantener el contacto con Portugal y abrir nuevas vías que permitan acercar las publicaciones a la sociedad.

-?Dice que el único criterio de la Editora Regional debe ser el de la calidad literaria. ¿Cree que ese criterio se ha relajado con el tiempo?

--En su origen la Editora Regional tenía un prestigio que la situaba entre las mejores del país. Y creo, por lo que estoy viendo ahora dentro, que hay un control riguroso de las colecciones que impulsa, pero siempre hay que seguir puliendo y mejorando.

?-No dudo de que será usted un ávido lector.

--Por supuesto. Fui un niño solitario y creo que fueron los libros los que me salvaron. Gran parte de lo que soy hoy es por los libros y las lecturas que me han acompañado desde pequeño. Mi libro de la infancia era El Mago de Oz y Miguel Hernández fue el poeta que me marcó de adolescente.

?-¿Qué libro tiene ahora entre manos?

La voz de la ceniza, de Pablo Jiménez García [de Navamoral] , que lo vamos a presentar en la Feria del Libro de Cáceres. Y lo voy alternando con El país de los imbéciles, de José Manuel Díez [nacido en Zafra].