Una vez dijo que, partiendo de la nada, logró alcanzar la absoluta miseria, pero su vida más bien fue una escalada al Olimpo que convirtió el nombre de Marx en uno de los más adorados de EEUU; y todo sin ser marxista, sino ácrata puro. Se llamaba Julius Henry, pero le decían Groucho.

El emperador de la comedia murió de una neumonía el 19 de agosto de 1977, tres días después del final de otro reinado, el del monarca del rock Elvis Presley.

"Nací a muy temprana edad", ironiza él mismo en Groucho y yo (1960), una autobiografía que arroja luz sobre los tres grandes ejes de la existencia del que ha sido considerado el mayor humorista del siglo XX: la familia, la comedia y las mujeres.

Nacido en 1890 en Nueva York, era el tercero de cinco hijos de una familia de emigrantes judíos franco-alemanes encabezada por su padre, un sastre desastroso, y su madre, Minnie, auténtica fuerza creadora de los Hermanos Marx.

Y es que fue ella, descendiente de una familia de artistas de vodevil, la que alentó la carrera escénica de sus cinco hijos como medio de salir de la miseria.

A los 15 años, tras haber dejado los estudios primarios inconclusos -carencia que suplió haciéndose lector voraz-, Julius Henry aprovechó su amor por el canto para trabajar en variedades.

Sus primeras giras terminaron con el joven abandonado por sus compañeros, que además antes le robaron su parte de la recaudación.

La infatigable Minnie acabó implicando al resto de sus hijos --los futuros Harpo, Chico, Zeppo y Gummo-- en nuevas compañías que, con su humor irreverente, acabaron convertidos en astros de Broadway y el cine a finales de los años 20.

Para entonces, Groucho, vestido de levita, gafas postizas y enorme bigote pintado, ya había asumido su papel inmortal: el de inepto locuaz con aires de grandeza y gran facilidad para los chistes mordaces, que mascullaba mientras fumaba un enorme cigarro.

ABSURDO Los Marx hicieron para los estudios Paramount cinco filmes que revolucionaron el humor con su mezcla de absurdo y anarquía, desde Los 4 cocos (1929) a Sopa de ganso (1933).

Pero Una noche en la Opera , de 1935, era la favorita de Groucho.

Sus intentos por prosperar en la radio no cuajaron. Sí triunfó en televisión como presentador del concurso You bet your life , emitido de 1950 a 1961. Al final de su vida, Groucho se convirtió en un mito viviente adorado por el público y por maestros del humor como Woody Allen.