Dado que hace tan solo un año dos de las películas que más dieron que hablar en este mismo festival, Redacted y En el valle de Elah , ofrecían sendos acercamientos a la guerra de Irak --encabezaron la avalancha de títulos sobre el mismo asunto estrenados en los últimos 12 meses--, uno está tentado de opinar que The hurt locker , nueva mirada al conflicto presentada ayer a competición por Kathryn Bigelow, llega tarde.

No es que uno confiara en que alguien como Bigelow fuera a hacerlo --sus películas no son precisamente estudios de personaje--, pero tampoco se esperaba que The hurt locker tuviera un regusto tan fascistoide como el que tiene por su defensa de una tesis que podría resumirse así: los soldados americanos son héroes no solo porque hacen su trabajo de maravilla, sino porque tratan al pueblo iraquí mucho mejor de lo que merece; todos los iraquíes son terroristas; si un soldado ayuda a un grupo de ancianos, probablemente volará en pedazos; los únicos iraquís nobles son profesores y gente cultivada, porque saben que la CIA y EEUU son buenos.